Ricardo Quintana / Otra vez Yoani, pero sin tarjeta blanca.

A los cubanos los unen muchas cosas. Pero hay algo que de manera casi absoluta conforma voluntades en la isla: el rechazo a la política migratoria vigente.

Para los cubanos nacidos con la Revolución viajar al exterior libremente, sin tarjeta blanca y sin tener que ocultarlo ante vecinos y compañeros de trabajo, sigue siendo, sueño para algunos, fantasía para otros.

El tema se habla en las esquinas, recorre la blogosfera y su eco llega al exilio, que lo arrastra entonces por el mundo en forma de denuncia.

El gobierno cubano dice tener razones para mantener las restricciones. La principal es proteger al país de los elementos contrarrevolucionarios.

Pero Cuba no tiene mas razones para evitar la salida y el regreso al país de sus ciudadanos que Rusia, con los terroristas chechenios de vecinos, o Colombia, con la querilla de las FARC en sus selvas, o quizá Estados Unidos, el blanco más ansiado del terrorismo internacional.

En ninguno de esos países hay que pedir autorización oficial para salir o ingresar al territorio nacional.

Para nadie es un secreto que el gobierno de Cuba saca provecho económico de la salida del país de sus ciudadanos, pues alimenta las arcas del estado con las cantidades que cobra por los permisos, los exámenes médicos y otros tramites.

Y qué hablar entonces de la divisa que ingresa el país el viajero que regresa, y los cubanos en el exilio que, sin estas restricciones, harían más frecuentes sus visitas a la Perla del Caribe.

La bloquera Yoany Sanchez conoce muy bien el camino a la Dirección de Migración y Extranjería. Allí ha ido quince veces por un permiso de salida, y se ha ido en blanco, pero sin tarjeta, en igual numero de intentos. Su visita mas reciente ha sido este miércoles.

El gobierno se resiste a que la gestora del movimiento de blogeros alternativos en Cuba sea reconocida por el mundo al tiempo que viola su derecho a la libertad de movimiento.