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La debacle del PSOE y Cuba


Para los cubanos, el gobierno de Zapatero será recordado por la constante política de mano tendida hacia el régimen de La Habana.

Los resultados de las elecciones generales en España este pasado domingo pueden suponer, a primera vista, un cambio significativo de las relaciones entre el Estado ibérico y Cuba. Pero la cosa no acaba aquí. También se supone que definitivamente se entierre el proyecto, insistentemente patrocinado por el PSOE, de eliminar la Posición Común de la UE ante el gobierno de los Castro.

Un aspecto fundamental en este sentido es que La Habana ya no cuenta en Madrid con el apoyo incondicional que le había prestado en los últimos años el gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, sobre todo por la pasión febril -para muchos inexplicable- del exministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, defendiendo esta postura en Europa. Que el cambio de orientación en esta política va a ser visible es la opinión general que muchos cubanos tienen respecto a este nuevo Ejecutivo del PP. Ahora bien, también es posible que la 'real politik' redirija algunos compromisos previos de esta formación hacia otros destinos. Vamos a ver. Hoy por ejemplo nos preguntamos qué actitud tendrá el nuevo gobierno español ante proyectos como el que algunas compañías como Repsol tienen entre manos en concomitancia con el régimen.

Para los cubanos, el gobierno de Zapatero será recordado por la constante política de mano tendida hacia el régimen de La Habana. Una política que condujo a lo que luego se presentó como un gran éxito, la práctica expulsión masiva de opositores y sus familiares de la Isla, justo en un momento en que la presión internacional pedía alguna cabeza por la muerte de Orlando Zapata Tamayo. Ese momento fue la última gran oportunidad que los oprimidos de la Isla tuvieron para hacerse oír ampliamente ante el mundo. Para que la presión dejara de acosar a los hermanos Castro, se llegó a esa conclusión: hacer como que se dejaba en libertad a un puñado de presos políticos. Miguel Ángel Moratinos jugó el papel de hombre de los Castro en Europa e intentó por todos los medios acabar con la Posición Común, mientras los exiliados cubanos en España redoblaban sus esfuerzos ante otras delegaciones consulares en la capital española para plantear que la realidad en la Isla no podía, de ninguna de las maneras, conducir a la concesión de premios diplomáticos a aquellos que continuaban manteniendo una fuerte represión sobre los ciudadanos.

En las elecciones de este domingo el PSOE de Zapatero y Moratinos vivió el hundimiento más profundo de su trayectoria, el partido se enfrenta a un problema muy serio en su futuro inmediato. Los resultados electorales en España también arrojan otros datos de interés y es que, por ejemplo, el año en que se recordará especialmente por la irrupción de la llamada #SpanishRevolution y el movimento del 15-M, con sus revoltosos indignados, el partido conservador, el PP, ha logrado la mayor victoria electoral de su historia, mientras que el PSOE perdió, del 2008 al 2011, 57 diputados, algo inédito en España y lo que los analistas consideran técnicamente como una debacle.

En paralelo, los aliados ideológicos del castrismo en España, los comunistas de Izquierda Unida, han sido de los más beneficiados en estos últimos comicios, pasando a obtener una presencia mucho más amplia en el Congreso de los Diputados, lo que les permite ahora recuperar su grupo parlamentario. Esto supone un mayor proyección para su líder, Cayo Lara, el político español que más directamente ha atacado a los demócratas cubanos ante su fe ciega con los planteamientos de la dictadura de Fidel y Raúl Castro. De todas maneras su presencia no deja de ser testimonial ya que la amplia mayoría del PP no lo convierten en una fuerza decisiva, pero si Rajoy no consigue remontar la situación actual, la demagogia y el populismo podía hacer crecer mucho más a IU.

Ante este nuevo horizonte se abre una nueva posibilidad para seguir reforzando el trabajo de la oposición en Cuba. Lo que muchos esperan es que un nuevo gobierno del PP abra las puertas de la Embajada de España en La Habana, de donde lamentablemnte los opositores cubanos habían sido expulsados con el propósito de no molestar a la tiranía. Esperemos que el nuevo inquilino de la Moncloa, aunque tiene obvias prioridades en el terreno económico para enderezar el camino de España, sepa actuar con celeridad y acierto en Cuba, un país que necesita gestos con urgencia.

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