El ciudadano cubano americano José Ramón Darias regresó a su residencia en Miami al mediodía de este martes, luego de ser liberado por las autoridades cubanas tras 72 días en prisión, supuestamente acusado de falsificación de documentos y tráfico ilegal de personas.
Darias cuenta que los oficiales asignados a su caso le anunciaron su liberación con las palabras: “te vamos a dar un chance”, y cuando este respondió: “gracias a Dios que terminaron con esta tortura”, replicaron: “gracias a Dios no, gracias a la Seguridad del Estado.”
Las autoridades le preguntaron que si se portaría bien la próxima vez que visitara Cuba, para dejar entrever que su regreso a la isla no sería prohibido, pero él apuntó en entrevista a martinoticias.com que “definitivamente yo a Cuba no voy a volver nunca más, a pesar de que tengo a mi madre en Cuba.”
“Me lo dijeron sarcásticamente para ver como yo reaccionaba, todo es un juego, es una farsa el comunismo,” agregó el entrevistado de 54 años.
José Ramón Darias insistió en su probada inocencia. “La intención era ver de qué forma lo complican a uno en una causa. En ese país no hay ley, es una locura.”
Durante más de tres meses de detención, no recibió explicación alguna sobre el avance de la investigación. “Cuando pides una explicación dicen: esto son orientaciones de allá arriba.”
“Es algo vergonzoso lo que esta pasando en Cuba en todos los sentidos - dijo Darias – Estuve 15 días en Villa Marista, y 5 días sin que mi familia supiera donde yo estaba, sin que nadie supiera de mí. Sencillamente no pasa nada. Desaparecido: esa es la palabra.”
La huelga de hambre iniciada por José Ramón, junto a las gestiones de su esposa Viviana Darias para hacer presión con ayuda de la prensa internacional, fueron según él los eventos que garantizaron su excarcelación. “El sistema le tiene pánico a la información, le tiene pánico a los medios informativos.”
Ante el silencio de las autoridades, la esposa de Darias decidió contratar a un abogado, perteneciente a los Bufetes Colectivos, como únicamente es permitido en la isla, pero de acuerdo con las declaraciones de José Ramón pero sus gestiones no pasaron de ser una cuestión simbólica.
“El abogado Yoan Manuel estuvo dos veces conmigo, dos minutos cada vez y cobró aproximadamente 4 mil dólares.” Según el abogado explicó a Darias, ese dinero es para el gobierno, y de esa cifra solo le correspondían 80 dólares, recibidos a través de una especie de tarjeta de crédito.
Cumplidos 11 días de huelga de hambre, un pariente en Camagüey pidió al abogado que visitará a Darias para velar por su estado de salud, y este respondió: “qué tu quiere que vaya a la celda y le de la papita en la boca. Es un robo una estafa, todo eso es un complot.”
La policía de Camagüey estuvo a cargo del caso, porque supuestamente la persona que denunció la complicidad con Darias en estos delitos, fue interceptada allí. El acusado aseguró que nunca en su vida había visto a esa señora, que alegaba haber viajado en el mismo vuelo que él hacia Cuba en agosto de 2011.
Darias definió las condiciones de las prisiones cubanas como “paupérrimas”, específicamente se refirió al estado sumamente deteriorado de la prisión Kilo Siete y Cerámica Roja. “Las condiciones en Cerámica son infrahumanas: es un barracón de cerdos, 8 personas en cada cubículo, sin privacidad ninguna, agua una vez al día o dos si acaso les parecía, la fetidez. Lo que se convierte uno allí es en un cerdo,” apuntó el entrevistado.
“Dentro de la cárcel usted ve un desperdicio de humanidad: hombre jóvenes, productivos, muy inteligentes, que los ve allí desbaratando su vida, porque los cogieron comiéndose con su esposa un bistec de carne de res o porque llevaban en una bolsita un pedacito de langosta.”
“Que les sirva como experiencia a los cubanos mi caso. Es necesario dejar de llevarle la tubería de dólares a Fidel Castro; el dinero de todo es para Fidel Castro. Todo allí funciona así. Mucho cuidado: cualquiera puede pasar por lo que yo pasé,” advirtió Darias.
Darias cuenta que los oficiales asignados a su caso le anunciaron su liberación con las palabras: “te vamos a dar un chance”, y cuando este respondió: “gracias a Dios que terminaron con esta tortura”, replicaron: “gracias a Dios no, gracias a la Seguridad del Estado.”
Las autoridades le preguntaron que si se portaría bien la próxima vez que visitara Cuba, para dejar entrever que su regreso a la isla no sería prohibido, pero él apuntó en entrevista a martinoticias.com que “definitivamente yo a Cuba no voy a volver nunca más, a pesar de que tengo a mi madre en Cuba.”
“Me lo dijeron sarcásticamente para ver como yo reaccionaba, todo es un juego, es una farsa el comunismo,” agregó el entrevistado de 54 años.
José Ramón Darias insistió en su probada inocencia. “La intención era ver de qué forma lo complican a uno en una causa. En ese país no hay ley, es una locura.”
Durante más de tres meses de detención, no recibió explicación alguna sobre el avance de la investigación. “Cuando pides una explicación dicen: esto son orientaciones de allá arriba.”
“Es algo vergonzoso lo que esta pasando en Cuba en todos los sentidos - dijo Darias – Estuve 15 días en Villa Marista, y 5 días sin que mi familia supiera donde yo estaba, sin que nadie supiera de mí. Sencillamente no pasa nada. Desaparecido: esa es la palabra.”
La huelga de hambre iniciada por José Ramón, junto a las gestiones de su esposa Viviana Darias para hacer presión con ayuda de la prensa internacional, fueron según él los eventos que garantizaron su excarcelación. “El sistema le tiene pánico a la información, le tiene pánico a los medios informativos.”
Ante el silencio de las autoridades, la esposa de Darias decidió contratar a un abogado, perteneciente a los Bufetes Colectivos, como únicamente es permitido en la isla, pero de acuerdo con las declaraciones de José Ramón pero sus gestiones no pasaron de ser una cuestión simbólica.
“El abogado Yoan Manuel estuvo dos veces conmigo, dos minutos cada vez y cobró aproximadamente 4 mil dólares.” Según el abogado explicó a Darias, ese dinero es para el gobierno, y de esa cifra solo le correspondían 80 dólares, recibidos a través de una especie de tarjeta de crédito.
Cumplidos 11 días de huelga de hambre, un pariente en Camagüey pidió al abogado que visitará a Darias para velar por su estado de salud, y este respondió: “qué tu quiere que vaya a la celda y le de la papita en la boca. Es un robo una estafa, todo eso es un complot.”
La policía de Camagüey estuvo a cargo del caso, porque supuestamente la persona que denunció la complicidad con Darias en estos delitos, fue interceptada allí. El acusado aseguró que nunca en su vida había visto a esa señora, que alegaba haber viajado en el mismo vuelo que él hacia Cuba en agosto de 2011.
Darias definió las condiciones de las prisiones cubanas como “paupérrimas”, específicamente se refirió al estado sumamente deteriorado de la prisión Kilo Siete y Cerámica Roja. “Las condiciones en Cerámica son infrahumanas: es un barracón de cerdos, 8 personas en cada cubículo, sin privacidad ninguna, agua una vez al día o dos si acaso les parecía, la fetidez. Lo que se convierte uno allí es en un cerdo,” apuntó el entrevistado.
“Dentro de la cárcel usted ve un desperdicio de humanidad: hombre jóvenes, productivos, muy inteligentes, que los ve allí desbaratando su vida, porque los cogieron comiéndose con su esposa un bistec de carne de res o porque llevaban en una bolsita un pedacito de langosta.”
“Que les sirva como experiencia a los cubanos mi caso. Es necesario dejar de llevarle la tubería de dólares a Fidel Castro; el dinero de todo es para Fidel Castro. Todo allí funciona así. Mucho cuidado: cualquiera puede pasar por lo que yo pasé,” advirtió Darias.