Havel, de 69 años, estuvo acompañado de su esposa Dagmar en esa ceremonia y lamentó que el Partido Comunista haya recuperado terreno en el país al convertirse en la segunda fuerza política. Havel fue aclamado durante la ceremonia.
En el Parlamento, en la ceremonia oficial conmemorativa, el presidente Vaclav Klaus advirtió que la idea de que se ha conquistado la libertad para siempre no se ajusta a la realidad en la República Checa.
Cuando Miroslav Grebenicek, presidente del grupo comunista, quiso tomar la palabra, buena parte de los diputados y personalidades abandonaron la sala, empezando por Havel.