Ambos excarcelados están muy enfermos del corazón, dijo el informante.
Carmelo Díaz Fernández, de 67 años de edad, cumplía una condena de 15 años de cárcel y Orlando Fundora, de 49 años de edad, cumplía una de 18 años. Díaz Fernández, un sindicalista independiente, era considerado por Amnistía Internacional como “el prisionero de conciencia más anciano del mundo”.
Con estás dos excarcelaciones el número de disidentes puestos "en libertad” en los últimos tres meses por razones de salud se eleva a 8. Cuatro de ellos obtuvieron “licencia extrapenal”. El pasado 14 de abril, con ese mismo tipo de licencia salió de la prisión Julio Antonio Valdés y el pasado 9 de junio fue liberado Miguel Valdés Tamayo. Ambos pertenecen al “Grupo de los 75”.
El arresto, juicios sumarísimos y condenas de hasta 28 años de cárcel impuestas a los integrantes del “Grupo de los 75” a quienes el régimen acusó de estar conspirando con Estados Unidos y de realizar actividades contrarevolucionarias”, han despertado una fuerte ola de críticas internacionales.
Numerosos gobiernos e instituciones exigen al régimen de Fidel Castro que tenga clemencia con los encarcelados y ponga en libertad a todos los presos políticos.
Un comunicado de prensa de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional que preside Elizardo Sánchez Santa Cruz, dice que “la confirmación de ambas excarcelaciones la recibimos como una buena noticia que, lamentablemente, no es indicativa de que el gobierno de Cuba esté dispuesto a liberar a los prisioneros de conciencia que mantiene en su enorme sistema carcelario, bajo condiciones infrahumanas y degradantes.”
Por otra parte, el opositor Oscar Espinosa Chepe, que está condenado a 20 años de cárcel y es miembro también del “Grupo de los 75”, fue autorizado a visitar a su madre, Clara Chepe, de 95 años de edad, que se encuentra en muy mal estado de salud. Espinosa Chepe se encontraba hospitalizado por padecer de muy graves trastornos hepáticos.
Las autoridades aseguraron que le habían dado permiso para visitar a su madre como “gesto humanitario” del gobierno comunista, a lo que la esposa, Miriam Leiva, contestó que “un gesto realmente humanitario sería conferir la libertad inmediata” a su cónyuge, ya que está “aquejado de serias enfermedades”.
En otra oportunidad se ha dicho que una de las enfermedades que Espinosa Chepe tiene es cirrosis del hígado.