Maisto dijo recientemente en un discurso a la Asociación Americana de Abogados, que el gobierno del presidente George W. Bush utiliza esos dos eventos como trampolines para su campaña por el fortalecimiento del buen gobierno, el imperio de la Ley, y el establecimiento de una “cultura de legalidad” tanto regional como mundialmente.
“Un buen ejemplo de este propósito es el esfuerzo de Estados Unidos para promover la prohibición de santuario a funcionarios públicos corruptos, a quienes los corrompen y a sus bienes”, dijo Maisto.
Agregó que ese propósito fue fortalecido en junio del año pasado en la asamblea general de OEA celebrada en Quito, Ecuador, y en la reunión de Estados miembros de la Convención Interamericana Contra la Corrupción que se celebró en julio de 2004 en Managua, Nicaragua.
Dijo el diplomático que a veces se tarda en convertir las palabras en acción, “pero está sucediendo”.
Recordó que hacía solamente dos semanas que OEA, con el apoyo de la Oficina Internacional del Departamento de Estado para Narcóticos e Imposición de la Ley, auspició una reunión de peritos para “crear medidas prácticas con que realzar la cooperación entre los Estados miembros de OEA en tres cosas que se consideran indispensables para negar santuario a funcionarios corruptos: prohibición de entrada, extradición, y recuperación de bienes”.
“EL presidente Bush ha incorporado la lucha contra la corrupción en numerosas iniciativas de seguridad nacional y política exterior”, dijo Maisto y puso como ejemplos la iniciativa contra la corrupción y por la honradez que ha tomado el Grupo-8 de países más industrializados, la Estrategia de Seguridad Nacional del 2002, la Guerra Global contra el Terrorismo y los esfuerzos para promover la reforma y la libertad en el Oriente Medio.