Arte y Cultura
De Mike Porcel a Silvio Rodríguez: "No tengo nada que decirle"

Cuando leyó “el panfleto” con el cual Silvio Rodríguez intenta hacerlo responsable del acto de repudio que él y su familia sufrieron en La Habana de 1980, Mike Porcel quiso responderle, pero luego se dijo que no valía la pena.
“No voy a hacerlo, no voy a darle ese gusto, de estar diciendo y él me dice y yo le digo”, declaró Porcel el jueves entrevistado por el reportero de Radio Televisión Martí Ricardo Quintana.
Calado por una paz que no le resta fuerza a sus palabras, el ahora protagonista del documental Sueños al pairo, de los cineastas cubanos José Luis Aparicio y Fernando Fraguela, y al cual se debe el resurgimiento de la condena a los actos de repudio en Cuba, cita una parte del texto compartido por Silvio en su blog.
“Alguien que vive en Miami me dijo: ‘Estamos esperando por ti para empezar’, como si él hubiera estado obligado prácticamente a ir al acto de repudio”, dice Porcel refiriéndose a Silvio. “Eso es una mentira descarada”.
Ese “alguien que vive en Miami” es el entonces miembro de la dirección nacional del Movimiento de la Nueva Trova Tony Pinelli, que evoca sus vivencias de aquel día en el cual Rodríguez asegura haber “susurrado” frente a la casa donde Porcel y su familia estaban sitiados por las turbas.
Silvio Rodríguez “es un hombre que acepta su responsabilidad, pero aquí la disimula”, comenta Pinelli. “Él fue al que se le ocurrió el repudio. Porque Pablo, cuando dijeron: ‘No, que los vecinos nos están invitando’, Pablo dijo: ‘Vamos a cantar, y metemos una cantaleta allí’. Y Silvio dijo: ‘No, hablé con Tony Pérez Herrero [entonces secretario ideológico del Comité Central del Partido Comunista], y nos dijo que si íbamos a participar en algo de esto, que fuéramos como pueblo”.
Después, en un restaurante, Silvio le confesó que no era cierto que hubiese hablado con Pérez Herrero, pero que no quería ir al acto de repudio con guitarras ni nada de eso, cuenta Pinelli, conductor de un programa de música cubana en Radio Martí. Y su recuerdo es que allí sí había gente que gritaba.
“Silvio se acercó al micrófono --había un micrófono--, y le dijo: ‘Traidor’ [a Porcel”, relata el investigador musical. “El susurro ese que él dice; le dijo: ‘Traidor’. Y otra gente más se sumaron y le dijeron traidor también. El que dijo ‘vamos al repudio como pueblo’ fue Silvio, porque la gente lo que iba era a cantar”.
Desde entonces y para siempre lamenta haber formado parte de los que se movilizaron aquel día, asegura.
“Me acuerdo cuando llegué a mi casa y mi mujer me dijo: ‘¿Qué tal?’ Y le dije: ‘¿Qué hacía yo allí?”, relata Pinelli. “Porque verdad que era una cosa de aterrar. Era un pogromo nazi, de los que uno lee. Y dije, yo más nunca me meto en nada de esto, qué cosa es esto. Después vi algunos peores, mucho peores”.
¿Te arrepentiste de inmediato?, le pregunta el reportero. “Me arrepentiré toda la vida”, responde Pinelli.
Para Mike Porcel, aquellos fueron los peores momentos de su vida: una pesadilla.
“Estaba consciente porque yo los vi por la ventana”, le dijo al periodista de Radio Televisión Martí. “Vi a Silvio, vi a Pablo [Milanés], Vicente Feliú, que empezó a cantar; vi a Virulo”, recuerda. “Estaban agresivos. Ellos llegaron, armaron el acto de repudio con el CDR de la casa de mis padres, con autobuses y todo, perfectamente organizado. En el autobús venían todos”.
Silvio Rodríguez está desmintiendo a un compañero de él, director musical del grupo de Pablo Milanés, Eduardo Ramos (1946-2018), quien se disculpó públicamente antes de morir, manifiesta Porcel.
La declaración de Ramos fue presentada por el periodista Juan Manuel Cao la noche del jueves en su programa El Espejo, del Canal 41/América TeVé.
“Es la única cosa de la que yo me he arrepentido en mi vida; me he arrepentido de varias cosas, pero la que yo guardo así dentro de mi cabeza, de algo que es tan insólito en mi personalidad, gritar traidor a alguien, la única vez que lo hice”, se ve decir a Ramos en un video. “Prometí que eso jamás iba a pasar; fue frente a la casa de Mike Porcel. Me arrepiento toda mi vida de eso. Y ojalá lo tuviera frente para pedirle disculpas por eso”.
Y no termina ahí.
“Eso fue… participamos todos, participó todo el mundo, todo el mundo gritó ahí, eso fue bochornoso”, continuó diciendo Ramos. “Todos nos equivocamos, nos equivocamos pero de plano. Ese es uno de mis dolores, de los dolores que yo tengo en mi vida, eso, el acto de repudio a Mike Porcel. Creo que fue lo más injusto que hemos cometido. Me arrepiento una y mil veces de haber hecho eso”.
La opción personal de decir que no
Aquel nefasto año de 1980, el entonces periodista de la sección cultural del diario Juventud Rebelde Rolando Cartaya fue a prisión por haber escrito una carta sobre el fascismo en Cuba.
“Lo de Silvio realmente no tiene nombre”, comenta Cartaya. “Él dice: ‘Siempre estuve en contra de estas cosas’, y después: ‘Pero dieron conmigo’. Uno siempre tiene la opción personal de decir que no. Y el mismo Pablo [Milanés], que sí participó en ese acto de repudio, después, en el 2003, cuando la Primavera Negra y cuando el fusilamiento de los tres jóvenes [que trataron de escapar en una lancha sin derramamiento de sangre], se negó, o no dio su firma, para una carta de justificación en la que sí participaron Silvio, Amaury [Pérez], Alicia Alonso, Chucho Valdés…
Silvio Rodríguez sigue siendo un portavoz y un embajador de ese régimen, y en su blog a veces permite que se publiquen textos en alguna medida críticos, “pero creo que son las llamadas críticas orgánicas”, dice Cartaya.
“Uno siempre tiene la opción de decir que no, creo yo, y Pablo asumió ese riesgo”, manifiesta. “Porque sí, en Cuba hay mucha presión, eso lo podemos atestiguar todos los que vivimos allí, pero tú siempre puedes decir que no: puedes negarte y asumir el riesgo”.
En definitiva, se trata de artistas: como tales deben tener un mínimo de sensibilidad, y de algún modo se tienen que haber sentido asqueados de lo que hicieron, comenta Cartaya, para quien el fascismo de aquellos años sigue ahí.
“Se empezó a manifestar en ese mismo año 80, y desde entonces ha sido una herramienta de la Seguridad del Estado contra los opositores, contra los críticos”, declara el periodista. “Porque ni siquiera son los opositores activos solamente: contra cualquiera que discrepe”.
Quintana le pregunta a Mike Porcel si al mirar por la ventana mientras le hacían el acto de repudio se sintió traicionado.
“No me sentí traicionado: me sentí agredido”, respondió Porcel. “Yo nunca me sentí amigo de ninguno de ellos, éramos simplemente compañeros de música, y para mí era ejercer mi derecho a irme adonde yo quisiera vivir”.
Pese a todo, está dispuesto a aceptar que le pidan disculpas.
“Lo he dicho y lo vuelvo a decir: yo no guardo rencor, pero no olvido”, declara Porcel. “En este panfleto que escribió, [Silvio] me dice que vaya a grabar a La Habana, que es más fácil que grabar aquí. No. Se ve que él no vive aquí. Aquí es muy fácil grabar, Silvio. No sé cuál es la gran ventaja de ir a grabar a Cuba”.
El documental Sueños al pairo y todo lo que viene desatando ha sido como un despertar, comenta.
“Me han contactado tanta gente joven, que ni habían nacido en esa época: gente de 25, 27 años, y hace 40 años que pasó eso”, se regocija Porcel. “Creo que se ha convertido en algo importante, y debería tener un resultado positivo”.
Y piensa que si alguna vez tropezara con Silvio Rodríguez en una calle, no tendría nada que decirle.
“En todo caso es él quien tendría que decirme, y yo sí soy una persona tolerante y racional y sí lo escucharía”, comenta Porcel. “Pero yo no tengo nada que decirle, ni tengo nada que pedirle. Nada. Para nada”.
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Muere Edmundo Desnoes, autor de "Memorias del Subdesarrollo"

El escritor cubano Edmundo Desnoes falleció el miércoles en Nueva York a la edad de 93 años, recordado por el gran público cubano a través de la adaptación cinematográfica de su novela Memorias del subdesarrollo (1965).
La película homónima, realizada en 1968 por el director Tomás Gutiérrez Alea, “Titón”, que ofrece una vista panorámica a la sociedad cubana de los primeros años de la revolución de Fidel Castro, está entre los filmes más importantes de la cinematografía cubana y ha sido elegida por expertos, como los del Instituto Británico de Cine, entre las mejores obras de la historia del cine.
El autor de No hay problema (1961), El cataclismo (1965) y Memorias del desarrollo nació en La Habana en 1930, realizó sus estudios en los Estados Unidos y regresó a la isla en 1960, tras la llegada al poder de Fidel Castro. Ese mismo año trabajaría como redactor del diario Revolución y el suplemento Lunes de Revolución hasta que periódico y suplemento fueran personalmente clausurados por Castro.
"Mi contribución a la expresión literaria de los primeros años de la Revolución es evidente y palpable. Memorias… forma parte de esa historia. Soy tan responsable como Fidel y la dirección política de haber contribuido a expresar el sueño y la pesadilla de las dos primeras décadas de la intensa aventura. No creamos un hombre nuevo, descubrimos la poderosa persistencia del pasado. Al principio fueron los intentos idealistas, pero luego empezaron a dominar el oportunismo, el egoísmo y la ciega voluntad de poder de la dirección. Por mi parte, pienso que cometo menos errores literarios en Memorias del subdesarrollo que el Partido Comunista de Cuba ha cometido en la carne y fantasía de la isla. Abandoné físicamente la isla cuando el PCC, en su arrogante ignorancia tanto de la economía como de la cultura, comenzó a decirme lo que debía escribir, lo que podía consumir y, para colmo, a dónde podía viajar", declaró el escritor en entrevista con Hyper Media Magazine.
Desnoes también ha dicho que se marchó de Cuba en 1979, cuando enfrentó críticas tras negarse a asistir a la autoconfesión del escritor Heberto Padilla, que la Seguridad del Estado convirtió en evento un obligado para los intelectuales. Entonces, se asentó en los Estados Unidos, donde alternó su oficio de escritor con el de profesor universitario. De ese periodo destaca su antología Dispositivos en la flor (1982), que causó polémica por la inclusión por igual de escritores cubanos exiliados y aliados al oficialismo de La Habana.
Sobre su exilio en los Estados Unidos confesó en entrevista con La Habana Elegante que había preferido aislarse.
"Yo vivía el trauma del exilio. Tuvieron que pasar 20 años para entender dónde me situaba en los EEUU. No podía venir aquí y seguir escribiendo con el mismo paradigma. Empecé en inglés, pero vuelvo al español. Nosotros tenemos el sentido trágico – que es lo aquí llaman el “looser” – y que yo le digo la “perdedumbre”, el sentido trágico de saber que todo cambia, que todo termina. No tenemos el sentido del éxito como aquí, sino el del fracaso. Aquí lo tienen un poco en el Sur donde perdieron la guerra, pero por lo demás aquí se da más el «happy ending».
Pero yo me he aislado bastante precisamente porque al principio Reinaldo Arenas se apareció en una de mis conferencias con un grupo de amigos y el encuentro fue a puñetazos. Arenas me creó un problema serio porque me acusó de ser agente de Fidel Castro para reclutar a intelectuales norteamericanos en el mundo académico para la Revolución en Nicaragua. Fue una acusación que hizo ante la CIA, y me vino a visitar el FBI porque ellos decían que yo no podía tener la posición expresada en la antología, y que yo estaba haciendo un trabajo a favor de la Revolución. El no haber atacado al régimen era índice de que yo estaba trabajando para la Revolución. Y eso fue una acusación tremenda, porque eso me trajo al FBI cuando todavía de la guerra fría. Arenas escribió un ensayo de setenta páginas en una revista llamada Kosmos donde - en un ejemplo del poder de la imaginación sobre la realidad - me acusaba que yo estaba enamorado de Fidel Castro porque yo era lampiño y admiraba la barba de Fidel. Pero ese no fue un conflicto real. Yo no fui amigo de él, no tuve relaciones con él. Cuando yo estaba trabajando en el instituto del libro facilitamos que él escribiera ensayos y propusimos la publicación de su segunda novela. Pero él me veía como representante del poder, y con un poco del espíritu campesino él me vio con aspecto anglosajón y hay un resentimiento por parte de él. A parte de eso no había razón para su agresividad. Quizás él viera una realidad profunda y lo usó como símbolo en el que mi pasión por Fidel se debía a que yo soy lo opuesto de Fidel. Fidel es un hombre de acción y yo no".
El escritor regresó a la isla como miembro del jurado del premio literario Casa de las Américas en la edición 2003.
Preguntado por la revista La Habana Elegante sobre cómo había encontrado la isla, el autor respondió: "La Revolución causa una ruptura muy profunda y volví a ver a un hermano, a la familia, a los amigos, e inclusive a los viejos militantes, a los más dogmáticos que ya me ven como a uno de aquella época que va desapareciendo".
El independiente Instituto Internacional de Artivismo Hanna Arendt (INSTAR) lamentó el fallecimiento del autor en un post publicado en su cuenta de Facebook: "Con un gran pesar, hemos recibido la noticia del fallecimiento de Edmundo Denoes. Con el orgullo de saberlo uno de los mejores escritores de su generación, cuya novela más reconocida sirvió de guión para una de las películas insignes del cine cubano, INSTAR se despide con respeto y profunda admiración".
Festival de Cine Instar se reinventa con formato “transnacional” por exilio de realizadores cubanos

La cuarta edición del Festival de Cine Instar, organizado por el Instituto de Artivismo Hannah Arendt y presidido por Tania Bruguera, arrancó el lunes en Barcelona (España) en su nuevo formato “transnacional, simultáneo e itinerante”, debido a la salida masiva al exilio de artistas e intelectuales cubanos.
Del 4 al 10 de diciembre, el festival contará con proyecciones en Barcelona, París, Nueva York, Miami, Ciudad de México, Buenos Aires y Sao Paulo, así como una programación online para Cuba. El evento apoya la producción independiente, a escala internacional, especialmente la de aquellos países donde se encuentran amenazadas las libertades de expresión y creación.
“Presentaremos por primera vez una sección competitiva, con unos 15 títulos que aspiran al premio Nicolás Guillén Landrián. Lo decidirá un jurado internacional y será otorgado a la película que mejor aborde, desde el lenguaje cinematográfico, una situación o temática tabú en su sociedad correspondiente”, explicó el cineasta cubano José Luis Aparicio, director artístico del festival.
La mayoría de las películas en concurso son dirigidas por cubanos, dentro o fuera de la isla, pero también hay realizadores de países con realidades cercanas a las de Cuba como Nicaragua, Venezuela, Irán y Haití.
“Además del concurso, tenemos 13 presentaciones especiales entre las que destacan cinco películas de los cineastas cubanos Fernando y Miñuca Villaverde, exiliados desde 1965. Las realizaron en Estados Unidos, entre 1970 y 1980, y son consideradas hitos del cine cubano en la diáspora”, añadió Aparicio.
El jurado está integrado por Alejandro Hernández (Cuba), guionista ganador de un premio Goya; Dunja Fehimović (Bosnia y Herzegovina), profesora de Estudios Hispánicos en la Universidad de Newcastle, y Paulo Antonio Paranaguá (Brasil), periodista, crítico de cine e historiador.
El régimen cubano acusó la semana pasada al festival de “exaltación del terrorismo contra Cuba” por incluir el documental “Veritas”, del director cubano Eliécer Jiménez Almeida, que aborda la experiencia de integrantes de la Brigada de Asalto 2506.
La cubana Tania León gana el XIX Premio SGAE de la Música Iberoamericana

La compositora cubanoamericana Tania León se convirtió en la primera mujer ganadora del Premio SGAE de la Música Iberoamericana Tomás Luis de Victoria, en su XIX edición.
Este premio, que otorga cada dos años la Sociedad General de Autores Españoles (SGAE) a sus homólogos iberoamericanos, está considerado “el reconocimiento público más alto a un compositor o compositora viva de la comunidad iberoamericana”, y está dotado con 20 mil euros.
El jurado, que sesionó de manera virtual el pasado 20 de noviembre, escogió a Tania León en “atención a su experiencia artística que se proyecta como paradigma de comprensión y diálogo intercultural, junto a los exilios externo e interno que, como cubana en los Estados Unidos, han marcado su producción compositiva de alto reconocimiento internacional, así como a su posición como ser humano ante las coordenadas vitales por las que ha discurrido su trayectoria”.
León, que en 2021 fue merecedora del prestigioso Premio Pulitzer de la Música, y en el 2022 se alzó con el Premio Kennedy Center Honors, declaró estar “muy muy agradecida y emocionada" por el reconocimiento de la SGAE.
"Recibir este tipo de premios siempre es una sorpresa. Al descolgar el teléfono me quedé boquiabierta”, declaró. “En lo profesional, me gustaría destacar la variedad de géneros que se reconocen en esta convocatoria, y en lo personal, recordar siempre a mi abuela, mis inicios y a todos mis familiares, que se sumaron a una idea y hoy no están aquí. Ellos siguen vivos en mí”.
Tania León, nacida en 1943 en La Habana, Cuba, emigró de la isla a los 24 años. Su talento y obra gozan de amplio reconocimiento internacional.
Festival de Cine de La Habana denunciado por excluir filmes sobre Fito Páez e inmigrantes cubanos LGBTQ en Moscú (VIDEO)

Representantes de la Asamblea de Cineastas Cubanos criticaron en un comunicado al Festival de Cine de La Habana por apartar, nuevamente y sin explicación alguna, las películas “Llamadas desde Moscú”, dirigida por Luis Alejandro Yero y “La Habana de Fito”, de Juan Pin Vilar.
Importantes figuras del cine y la crítica cinematográfica en Cuba, como Fernando Pérez, Deymi D‘Atri, Juan Antonio García Borrero, Ernesto Daranas, Rosa María Rodríguez, Luis Alberto García, Kiki Álvarez, Katherine T. Gavilán, Gustavo Arcos, Carla Valdés y Manuel A. Rodríguez Yong, apuntaron directamente al régimen de La Habana por permitir que la política interfiera "de una manera cada vez más explícita, en la independencia que debe caracterizar al Festival de Cine de La Habana, ratificándolo como una plataforma usada para cercenar, silenciar, amedrentar y excluir".
"La Asamblea reitera su frontal denuncia a este dañino "modus operandi". Hace un llamado de atención a la responsabilidad que en esto tiene nuestro Gobierno, empeñado en sostener a este grupo de funcionarios que destruye nuestro cine, nuestra cultura y vulnera los derechos de cada cubano", dice el texto.
“Llamadas desde Moscú”, el primer largometraje de Yero, que indaga en el mayor éxodo migratorio en la historia de Cuba, a través de cuatro jóvenes queer que emigran a Rusia, se ha presentado con éxito en prestigiosos certámenes del mundo, como el Festival Internacional de Berlín, el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, el MoMA´s Festival of International Nonfiction Film and Media, el Festival Internacional de Cine de Pristina, Kosovo y el Festival Internacional de Cine de Gijón, en España.
El Museo de Arte Moderno de Nueva York, MoMA, dijo que el filme de Yero es “potente” y que refleja como “la capital rusa es el sendero para cuatro cubanos que quisieron emigrar de la isla, hasta que la invasión de Rusia contra Ucrania puso en duda sus destinos”.
En entrevista con el portal Cine Latino, Yero explica que si bien en el documental se explora la posibilidad de que haya una guerra, no fue hasta tres días después de haber terminado la filmación que Vladimir Putin lanza la invasión Ucrania.
"Las consecuencias ante la inminente guerra fueron inmediatas: las tarjetas de crédito dejaron de funcionar, uno de los chicos pierde su trabajo de televentas, varias de las plataformas digitales que usan para comunicarse y expresarse dejan de funcionar en Rusia. Dos de ellos regresaron a Cuba", relató el director.
"Estuvimos a punto de quedar atrapados en Moscú", dijo el cubano.
El Festival Internacional de Cine de La Habana, lanzado en 1979 como Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano ha excluido también el filme “La Habana de Fito”.
El documental y su creador, Juan Pin Vilar, fueron víctimas de un acto de censura y de una exhibición no autorizada en la Televisión Cubana en el mes de junio, lo que generó numerosas protestas de los trabajadores del cine y de la comunidad artística en general.
Es un filme que aborda el impacto que el músico argentino Fito Páez, figura central del documental, causó entre artistas y jóvenes cubanos a través de sus múltiples presentaciones y viajes a la isla, y donde el célebre cantautor aborda temas agudos como el misterio en torno a la desaparición de Camilo Cienfuegos en octubre de 1959 y la aplicación sumaria de la pena de muerte contra tres jóvenes que secuestraron una lancha en La Habana en el 2003 con el fin de emigrar.
El comunicado de la Asamblea de Cineastas Cubanos se opone a la censura, la exclusión y la criminalización del disenso, así como a las presiones ejercidas por las autoridades para excluir las mencionadas obras.
“Como Asamblea, seguiremos trabajando por nuestro cine. Un cine transnacional, libre, diverso, complejo y profundamente comprometido con la dura realidad de nuestro pueblo”, subraya el texto publicado en Facebook con la etiqueta #NuestroCineSeráLibreONoSerá.
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