La Oficina Nacional de Estadística indicó que el Producto Interior Bruto ascendió a uno punto 65 billones de dólares.
Estas cifras superan con creces las previsiones del Gobierno e incluso de los analistas.
Los datos revelan el enorme crecimiento de la segunda economía de Asia, pese a los esfuerzos del Gobierno por moderarla mediante restricciones en préstamos bancarios y menos inversiones en sectores del cemento, hierro y acero.
Pekín intenta enfriar su economía con el fin de evitar burbujas de inversión en los sectores de infraestructura y propiedades.