Las fuerzas armadas estadounidenses precisaron en un comunicado que los coches bomba estallaron en un lapso de 90 minutos.
Dos iraquíes perdieron la vida y dos soldados australianos resultaron lesionados en un atentado contra la embajada de Australia. Poco después, otro automóvil cargado de explosivos hizo detonación cerca de un hospital y causó 18 muertos, entre ellos 5 agentes de la policía iraquí.
Un tercer atentado perpetrado al suroeste del Aeropuerto Internacional de Bagdad provocó la muerte de dos guardias iraquíes de seguridad. En el otro ataque perecieron dos soldados del ejército de Iraq y dos civiles cerca de un puesto militar de control.