Se considera a Ratzinger, muy respetado por todos los cardenales,como el mejor preparado para terminar el legado doctrinario de Juan Pablo Segundo.
Ratzinger es el primer Papa alemán desde el Siglo Once. Salió al balcón principal de la Basílica de San Pedro, saludó a decenas de miles de fieles que lo vitoreaban en la Plaza de San Pedro y les impartió su primera bendición como Sumo Pontífice.
Otros cardenales vestidos con sus túnicas púrpuras se asomaron para mirarlo desde otros balcones.
“Amados hermanos y hermanas, después del gran Papa Juan Pablo Segundo, los cardenales me han elegido a mí — un trabajador simple y humilde en la viña del Señor”, dijo Ratzinger. “Oren por mí”.
La multitud respondió canturreando “¡Benedicto, Benedicto!”
Ratzinger prestó servicios a Juan Pablo desde 1981 como jefe de la Congregación de la Doctrina de la Fe. En ese cargo disciplinó a disidentes de la Iglesia y defendió la política eclesiástica contra los intentos liberales por reformarla. Cumplió 78 años el sábado pasado.
El nuevo Papa había ingresado en el cónclave como el más sonado entre las dos docenas de candidatos principales. Ha causado profunda impresión en muchos fieles con su conmovedora homilía durante el funeral de Juan Pablo Segundo, que falleció el 2 de abril a los 84 años de edad.