El Secretario Auxiliar de Estado, Lincoln P. Bloomfield, declaró que las minas de ese tipo representan un peligro especialmente grave para los que tratan de desactivarlas, así como para civiles inocentes.
Bloomfield aseveró que suspender el uso de las minas terrestres es la primera meta importante de una nueva política de Washington, que incluye la firme determinación de eliminar otros artefactos de ese tipo después del año 2,010.