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Aires de Asia soplarán en el congreso de Cuba


Los vietnamitas afrontaban, igual que el castrismo en la actualidad, problemas de corrupción, despilfarro y burocracia ineficiente.

El próximo VI Congreso del Partido comunista de los hermanos Castro tendrá las resonancias de una reunión similar ya celebrada este año en Vietnam, y las recientes declaraciones del gobierno chino en su parlamento, dos ejemplos palpables de la metamorfosis actual de los seguidores de Carlos Marx, que prefieren tomar Coca Cola con los burgueses antes de combatirlos bajo el desgastado dogma de la lucha de clases del teórico alemán.

Los vietnamitas afrontaban, igual que el castrismo en la actualidad, problemas de corrupción, despilfarro y burocracia ineficiente, cuando iniciaron en 1986 su Doi Moi o renovación, dentro de una economía deficiente, deteriorada y con una inflación galopante.

En aquellos tiempos viraron “palo pa rumba”, como se dice en el argot cubano, liberalizaron el comercio, los precios, ajustaron medidas monetarias con ajuste a los tipos de cambio, se abrieron a la inversión extranjera, eliminaron restricciones para generar un sector privado y también la política de subvenciones, todo bajo la batuta del estado comunista.

No hay dudas que esas medidas les dieron algún resultado a los dirigentes anamitas, ya que en el 2005 fueron el quinto productor mundial de arroz en cascara, hoy ya son segundos y con el café está a la par del gigante mundial Brasil, en cuanto a exportación, en franca ventaja con este último producto a Cuba que los enseñó a cultivarlo y hoy les compra el aromático fruto.

El congreso partidista de Viet Nam, celebrado del 12 al 20 de enero del 2011, concluyó con la receta de que esa organización controlará el gobierno y tendrá singular atención en el Doi Moi o reforma, para evitar la degradación ideológica y ética en los estilos de vida. Es decir, en lenguaje más claro: no caer en el vacilón total y pasarse al bando burgués.

Y como estos nuevos sistemas de gobierno del socialismo, mitad capitalista, no pueden olvidar su verdadera naturaleza totalitaria, que es su mayor parte, aunque aparenten lo contrario, justamente en los días del congreso la policía arrestó a numerosos blogueros, según informaron Reporteros sin Fronteras (RSF), Human Rights Watch y el Comité para la protección de los periodistas.

El gobierno vietnamita tiene el record de ser el país que mas ciber-opositores tiene prisioneros en sus cárceles, solo superado por China, de acuerdo a RSF.

Resultan evidentes los paralelismos del Doi Moi con lo que pretende establecer el menor de los hermanos Castro con sus reformas económicas, aunque el barco económico cubano presenta señales visibles de que su navegación esta por muy por debajo de la línea de flotación a cualquier fórmula de las ya recetadas.

El medio millón de personas desempleadas para reducir los costos del estado que lanzarán en breve, unido a una constante escasez de artículos, el enrarecido maridaje de dos monedas y una estructura económica centralizada en manos de militares no es una atmósfera ideal para que respire esa nueva reforma que aspira a “salvar al socialismo cubano”.

Ese mismo socialismo, que el retirado máximo líder dijo confesar que fue un error creer que alguien sabía como construirlo y el cual, todavía a estas alturas, se empeñan en reparar para instalarlo con otros ropajes, pero bajo el mismo signo de no permitir las libertades y derechos humanos de los ciudadanos, que causa criticas y oposición de una parte de la sociedad y naturales reservas en los países democráticos.

Ese mismo socialismo, que privilegia a una casta burocrática, miembros del propio partido y sus familiares, el cual provoca resentimientos sociales y del cual los mandarines comunistas chinos manifiestan preocupación.

Durante la apertura de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional de Beijing, el primer ministro chino Wen Jiabao afirmó que: “debemos de hacer del incremento de la mejora del nivel de vida de la gente el pivote que una reforma, desarrollo y estabilidad y garantizar que la gente está contenta con sus vidas y sus trabajos para que la sociedad este tranquila y en orden y el país disfrute de paz y estabilidad duradera. China resolverá de forma efectiva los problemas que causan gran resentimiento en las masas”.

¿Acaso pretende el gobierno cubano con la autorización de 178 nuevas actividades por cuenta propia resolver el problema del resentimiento que tienen las personas de sentirse cada vez más empobrecidas?
La idea no sería del todo descabellada, si junto a esas medidas de proliferación de nuevos negocios existieran en el país mecanismos hábiles de financiamiento para estas pequeñas y medianas empresas que aspira el estado puedan desarrollar los desempleados. Hay más: ¿Dónde se encuentra el mercado interno capaz de abastecer a estos mini-empresarios con precios razonables que les sean útiles para competir dentro de la vieja porfía de la demanda y oferta con sus rivales de la competencia, si todo lo domina el estado con un precio único?

Estas nuevas medidas, ¿sacaran del penúltimo puesto de la región al país- solo por encima de Haití- la que antes de 1959 era la tercera economía de América Latina y hoy en día es el 140 del mundo?, que exhibe una negativa balanza comercial de 3 mil 400 millones de dólares en sus exportaciones y 10 mil 100 millones de dólares en sus importaciones y tiene una deuda externa de más de 30 mil millones de dólares. ¿Todo eso conseguirán esas reformas?

Esos cambios tal vez pudieran funcionar con otros políticos en el poder, ¿pero como se puede creer que los músicos desafinados que desde hace mas de 50 años no encuentran ni ritmo, ni melodía, pueden ahora tocar bien? Sobre todo cuando dicen a pecho descubierto que nada cambiará en Cuba y proseguirán el camino del socialismo, es decir los Castros y sus seguidores mantendrán el poder absoluto.

En contra de los castristas y su régimen se encuentra que estos cambios ni siquiera enardecen a sus seguidores más ortodoxos y por Internet circuló la presunta protesta de un tal Roberto Fernández Blanco, de la Universidad Central de Villa Clara, quien luego de criticar estas reformas como burguesas y la manera como se pensaron para ser discutidas por la población, se pregunta en un extenso artículo titulado: “Consideraciones acerca del carácter burgués del Proyecto de Lineamiento de la Política Económica y Social propuesto por la dirección del partido Comunista.

“¿Cómo no creer que la esencia implícita del texto y el apresuramiento de su aprobación se halla la intención de la casta burocrática de perpetuarse a sí misma aunque ello implique la destrucción no solo de la Revolución sino incluso de la nación?”

Por lo pronto, el propio heredero del régimen aseguró que este congreso tendrá la singularidad de que será el último de la gran mayoría de su grupo llamado la generación histórica y, a diferencia de chinos y vietnamitas, no permitirán la concentración de la propiedad, porque ahora si no copiaran a nadie por los problemas que les ocasionó en el pasado.

El castrismo jura que no copiaran y a lo lejos chinos y vietnamitas sonríen con cierta ironía, porque saben que tarde o temprano lo que mejor puede hacer un totalitario es imitar a otro totalitario, sobre todo ahora cuando cabalgan a son del capitalismo y empuñan el garrote del socialismo, un coctel perfecto para mantener el poder.

Es claro entonces que los aires de Asia soplarán en el congreso cubano.

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