La explosión mató a 22 personas, en su mayoría soldados, e hirió a varias docenas. La característica del ataque también plantea la posibilidad de que el terrorista suicida haya sido un iraquí o un terrorista extranjero empleado como obrero en la base. Esto ha hecho que las fuerzas militares de Estados Unidos hayan comenzado a revisar las medidas de seguridad existentes en las bases militares de todo Iraq.
Murieron 14 soldados y 4 civiles americanos, tres iraquíes de la Guardia Nacional y una persona no identificada, informó la jefatura militar americana en Bagdad.
Fuentes militares comentan que el ataque demuestra que en esa base de Mosul se infringieron los principios más básicos de seguridad militar, incluyendo el probable fallo en la supervisión de los iraquíes autorizados para entrar en ella.
“Esto es un incidente increíble, que alguien haya podido entrar en la base con una bomba sin ser descubierto”, dijo Mitch Mitchell, un oficial retirado del Ejército que instruye a los soldados en asuntos de seguridad. “No puedo creer que la protección en la base sea así de pobre”.
Los médicos militares trabajaron durante toda la noche atendiendo en el hospital militar de Landstuhl, Alemania, a los soldados y a los civiles heridos en el ataque. Algunos de los heridos están graves, pero su vida no corre peligro, afirmó el jueves el director militar del hospital a donde los heridos fueron trasladados el miércoles desde Mosul, Iraq.
Diecisiete de los 35 heridos que eran atendidos en el hospital Centro Regional de Landstuhl estaban en la unidad de cuidados intensivos, dijo la doctora Rhonda Cornum, coronela del Ejército, a la agencia de noticias The Associated Press.
Hay 69 heridos, 56 de los cuales son americanos, incluyendo a 44 militares, siete contratistas y cinco empleados civiles del Departamento de Defensa. También fueron heridos dos civiles iraquíes, 10 contratistas de otras nacionalidades y uno cuya nacionalidad se desconoce, dijeron portavoces militares.