En un discurso pronunciado anoche a la nación desde la base militar de Fort Bragg, en Carolina del Norte, Bush pidió paciencia a los ciudadanos al asegurar que, pese a todo, el sacrificio que las tropas efectúan en Irak merece la pena y es vital para la seguridad del futuro de Estados Unidos.
El discurso presidencial coincidió con el primer aniversario de la devolución de la soberanía a Iraq, pero también con una drástica caída del apoyo popular, en buena parte debido a la escalada de la violencia en el país árabe en los últimos dos meses, según afirman recuentes encuestas de opinión.
Bush reiteró que parte de la violencia en Iraq es perpetrada por terroristas extranjeros infiltrados, que luchan porque saben que la supervivencia de su ideología del odio está en juego.
El Presidente citó los atentados del 11 de septiembre de 2001 como uno de los principales argumentos para continuar la tarea militar en Iraq.
Bush advirtió que el único camino por el que los enemigos pueden tener éxito, es si se abandona a los iraquíes en manos de gente como Al-Zarkaui (un terrorista jordano), y el futuro de Oriente Medio en manos de terroristas como Bin Laden, lo que no sucederá mientras él sea presidente.
Bush descartó fijar una fecha para la retirada de los cerca de 140.000 soldados destacados en Iraq, porque eso serviría para desmoralizar a los iraquíes y permitir a los terroristas esperar la salida de esas tropas para reanudar sus actividades.
El presidente aseguró que Estados Unidos seguirá allí mientras haga falta y ni un día más, resumió su estrategia en Iraq en dos campos: el militar, por el cual se entrenará a las fuerzas de seguridad iraquíes para que asuman su propia defensa, y el político, por el cual Washington continuará apoyando al proceso democrático en ese país.
Aunque se declaró dispuesto a enviar más tropas si así lo piden los jefes militares, apuntó que no es necesario y podría enviar el mensaje de que Estados Unidos pretende quedarse para siempre y desalentar a las tropas iraquíes para que se hagan cargo de su propia defensa.