Producto del descontrol en la distribuidora de materiales de construcción en Santa Clara, en días pasados se suscitó un fuerte altercado entre representantes del organismo y un gran número de usuarios.
El gobierno al comenzar a aplicar una nueva política de venta de materiales para construir, propició la aparición de un nuevo tipo de delito, pues al comenzar a ven vender los mismos, sin control alguno, surgieron acaparadores-revendedores.
Estos individuos poseedores de fuertes sumas de dinero se han convertido en lo que el pueblo llama "los reyes de la construcción", pues muchos de los productos no llegan a dicha empresa al ser desviados directamente a sus receptores.
Los productos que para callar al pueblo llegan a su destino, también van a parar a sus manos, pues allí tienen personas encargadas de comprar todo cuanto llegue, sea arena, cemento, barras de acero, planchas para techo o insumo para plomería.
Si bien estos materiales resultan costosos con los precios estatales, mucho más se tornan al llegar a manos de estos segundos, lo que trae como consecuencia que la población, indignada ante la indolencia e inoperancia gubernamental comienzan a formularse interrogantes.
Según Ricardo Errechea Gómez, "para esto solo hay una explicación, y es que al parecer, más que los funcionarios del organismo todo indica que las autoridades militares y personas en el gobierno reciben de estos revendedores jugosas ganancias. Por lo cual el pueblo es quien lleva la peor parte, pues todo se hace a plena luz del día sin que se tome acción alguna contra estos ciudadanos".
Publicado en Primavera Digital el 2 de abril del 2013.
El gobierno al comenzar a aplicar una nueva política de venta de materiales para construir, propició la aparición de un nuevo tipo de delito, pues al comenzar a ven vender los mismos, sin control alguno, surgieron acaparadores-revendedores.
Estos individuos poseedores de fuertes sumas de dinero se han convertido en lo que el pueblo llama "los reyes de la construcción", pues muchos de los productos no llegan a dicha empresa al ser desviados directamente a sus receptores.
Los productos que para callar al pueblo llegan a su destino, también van a parar a sus manos, pues allí tienen personas encargadas de comprar todo cuanto llegue, sea arena, cemento, barras de acero, planchas para techo o insumo para plomería.
Si bien estos materiales resultan costosos con los precios estatales, mucho más se tornan al llegar a manos de estos segundos, lo que trae como consecuencia que la población, indignada ante la indolencia e inoperancia gubernamental comienzan a formularse interrogantes.
Según Ricardo Errechea Gómez, "para esto solo hay una explicación, y es que al parecer, más que los funcionarios del organismo todo indica que las autoridades militares y personas en el gobierno reciben de estos revendedores jugosas ganancias. Por lo cual el pueblo es quien lleva la peor parte, pues todo se hace a plena luz del día sin que se tome acción alguna contra estos ciudadanos".
Publicado en Primavera Digital el 2 de abril del 2013.