Los cubanos no tienen ningún lugar donde puedan comprar madera para hacer o reparar sus casas y muebles a menos que la corten furtivamente en los bosques, dijeron a Martí Noticias varios encuestados.
Las leyes cubanas prohíben la tala de maderas a menos que ellos emitan un permiso, sin embargo la gente "se las arreglan" para conseguirlas dijo Alietser Prats, un carpintero que trabaja por cuenta propia en Sancti Spíritus.
El carpintero dijo que generalmente se dedica a reparar muebles porque "aunque pagamos la patente no nos venden madera de ningún tipo".
Una nota de la emisora estatal Radio Sancti Spíritus el pasado mes de septiembre advertía que por la gran deforestación en la cuenca del río Zaza se han tenido que plantar especies de rápido crecimiento para su explotación y "para mejorar el entorno".
Rolando Pupo, pequeño agricultor residente en Pinar del Río, considera que la madera se ha vuelto muy cara y difícil de conseguir porque no abundan los árboles maderables. "Lo que sí abunda es el marabú", señaló.