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Crece la oposición en Santiago de Cuba


Dos policías observan desde una caseta artesanal, en el poblado El Cobre, Santiago de Cuba.
Dos policías observan desde una caseta artesanal, en el poblado El Cobre, Santiago de Cuba.

El empleo del terror estatal aunque más cruel y contínuo no le está dando resultado al régimen en Santiago de Cuba y ante cada injusticia, arbitrariedad, y encarcelación cometida hay más protestas pacíficas.

La mala imagen de la policía cubana sobre todo la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y la Política es harto conocida entre la población y para los medios internacionales que siguen la realidad de la Isla. Su marcada violencia para con los ciudadanos, las violaciones y actitudes arbitrarias, el no cumplimiento de sus funciones de protección ciudadana, sino de compromiso con un tirano en el poder, además de la falta de educación, preparación y hasta insuficiente dicción de muchos, unido a la corrupción.

Referentes más cercanos de su actuar son las olas represivas del 18 de julio y agosto de este 2013, las del 25 y 27 de este último mes contra las Damas de Blanco y la Unión Patriótica de Cuba, respectivamente con el empleo no ya de oficiales de la PNR sino con fuerzas especiales del MININT, apodados “boinas negras”, quienes violentaron a los opositores pacíficos con técnicas de artes marciales, objetos contundentes y gases lacrimógenos, apoyados como es lógico de otras fuerzas represoras y varios autos.

Las respuestas a las interrogantes anteriores podrían derivarse de las causas que mueven al gobierno cubano a ordenar estas acciones y que son directamente proporcionales al mayor activismo no violento del que goza la ciudad de Santiago de Cuba, llamados a ser una vez más en la historia patria, el foco por donde comienza nuevamente la lucha por la libertad del país.

Sin dudas, la UNPACU se le ha ido de las manos a los represores y esto hace que pierdan el control, al igual que sus amos, no escatimando en golpear hasta mujeres y niñas indefensas.

El empleo del terror estatal aunque más cruel y contínuo no le está dando resultado al régimen en la provincia y ante cada injusticia, arbitrariedad, y encarcelación cometida hay más protestas pacíficas: marchas, carteles, pegatinas, billetes de la libertad, incremento de las filas, distribución de propaganda, audiovisuales, etc.

Ante tal panorama no se duda de que muchos policías estén pensando cambiar de filas, pues los más inteligentes estarán recordando el refrán de que “el que empuja no se da golpes”. Aunque en el caso de los que sirven a dictaduras cuando caen, por lo general no existen estas excepciones.
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