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Policías en portada


Ahora los medios del castrismo se nos presentan como los más sensibles con los jóvenes españoles y cuestionan la democracia en España y el respeto de los derechos humanos en el país ibérico.

Durante la última semana la Policía española ha contribuido, y de qué manera, a las portadas de Granma, Cubadebate, y de todo aquel medio digital o escrito editado por el régimen cubano. En España se han vivido días convulsos después de una protesta de estudiantes de secundaria en Valencia contra los recortes, que desencadenó una actuación policial con agentes antidisturbios en la calle. Luego la actuación ha sido ampliamente criticada por partidos políticos, asociaciones de padres y estudiantes a nivel nacional, así como por parte de medios de comunicación que responden a visiones diferentes de puntos distintos del espectro ideológico.

Durante los últimos días, los medios cubanos están presentando estas protestas y la actuación policial como una violación de los derechos humanos en España. ¿Lo es? Es posible que se podrían haber vulnerado algunos derechos de las personas que participaban en las protestas, pero también habría que ver si la protesta en la que se participaba cumplía los requisitos de legalidad que se fijan en el marco jurídico en España donde, todo hay que decirlo, la práctica mayoría de manifestaciones públicas transcurren pacíficamente. Y lo más importante, ninguna es organizada por el gobierno.

Vista la brutalidad de algunas de las imágenes que han salido estos días desde Valencia hay que pedir una investigación de la actuación policial y, afortunadamente, en España existe esa libertad, la que da a otros partidos políticos -diferentes al del gobierno actual-, así como a entidades sociales, culturales o estudiantiles el derecho a exigir investigaciones o incluso la dimisión de los responsables políticos por unas cargas policiales que se consideran desmedidas y que, por lo tanto, han ofendido la sensibilidad de muchos. Si un policía ha actuado vulnerando derechos, puede ser denunciado, juzgado y sentenciado. No sería la primera vez que ocurre en España.

Por supuesto, nada impide que se vuelvan a organizar nuevas manifestaciones públicas, como de hecho ha sido el caso de otras ciudades de España, en donde se han convocado protestas de solidaridad con los estudiantes valencianos que fueron detenidos y golpeados. El gobierno español, según publican algunos medios, ya ha ordenado a la Policía que en las protestas no actúe aunque se produzcan provocaciones para evitar de esta manera cargas que originen finalmente una mala imagen del país hacia el exterior.

Pero volviendo a Cuba. ¿Lo que pasa en España se puede considerar un caso de violación de los derechos humanos como sugieren los medios del régimen? En realidad, todos los derechos son, en principio, respetados. A nadie se le impide manifestarse. Las actuaciones policiales con antidisturbios se producen cuando un grupo de personas intenta ocupar el espacio público para llevar a cabo una protesta para la que no tiene permiso o piensa desarrollarla creando desorden. Que España sea una democracia no quiere decir que no tenga unas normas que regulan cómo se llevan a cabo las manifestaciones en las que, por lo general, la persona convocante es siempre la responsable de garantizar que todo se desarrolla pacíficamente. Y sí, las democracias tienen policías armados y con porras, preparados para actuar. Pero por supuesto también disponen de todos los mecanismos para controlaros y evitar cualquier exceso.

En los países en los que no existe libertad, como es el caso de Cuba, hay varias diferencias: en esos países no democráticos nadie puede salir en defensa de los más débiles. Si Sara Marta Fonseca y otros opositores son arrastrados en Río Verde, lo más probable es que nadie se entere porque no existen medios de comuniación que estén fuera del control del gobierno para explicarlo a toda la población. Tampoco se pueden producir protestas legales o espontáneas de solidaridad con los arrestados, porque las únicas concentraciones legales son las que organiza única y exclusivamente el régimen. La brutalidad policial, en el caso de trascender públicamente, no podrá ser rechazada por ningún otro partido político, porque en Cuba no hay más que uno. Tampoco podrán salir a manifestarse entidades sociales, como asociaciones de estudiantes o padres, para exigir la dimisión de nadie. ¿Por qué? Pues porque en Cuba las manifestaciones no se organizan desde abajo, sino desde arriba, y nunca con el objetivo de criticar a los que mandan. ¡Inimaginable! Y además porque en la Isla tampoco es posible que existan organizaciones independientes y sin conexión gubernamental. A nadie se le habrá escapado que, en estos 53 años de gobierno castrista, jamás se ha permitido una protesta pública independiente para exigir la cabeza de algún responsable político por su desastrosa actuación.

Pero a pesar de este curioso expediente, ahora los medios del castrismo se nos presentan como los más sensibles con los jóvenes españoles y cuestionan la democracia en España y el respeto de los derechos humanos en el país ibérico. No hay policía, en un país democrático o en un sistema totalitario, que no cuente con el uso de la fuerza. Pero puestos a escoger, me quedo por razones obvias con la policía de un sistema democrático antes que con la de un régimen totalitario como el cubano, donde está libre de cualquier control.

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