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¿Nadie elevado al Salón de la Fama? Es muy posible

Fotografía de archivo.
Fotografía de archivo.

Barry Bonds, Roger Clemens y Sammy Sosa cargan el estigma de la era de los esteroides y se vislumbra que ninguno de ellos será seleccionado cuando este miércoles se anuncie el resultado de la más reciente votación

Nos encontramos ante uno de los grupos más excelsos de candidatos al Salón de la Fama del béisbol desde la primera selección en 1936, cuando los elegidos fueron Babe Ruth y Ty Cobb.

Barry Bonds: Nadie ha ganado tantas veces el premio al Jugador Más Valioso, con siete, además de ser el dueño de los récords de más jonrones de por vida con 762 y también en una sola temporada con 73.

Roger Clemens: Nadie ha obtenido tantas el premio Cy Young (7), además de acumular un total de 354 victorias en su carrera.

Sammy Sosa: Octavo en la lista histórica de jonrones con 609. Alguien que sobrepasó los 60 jonrones tres veces en cuatro años.

Los tres, sin embargo, cargan el estigma de la era de los esteroides y se vislumbra que ninguno de ellos será seleccionado cuando este miércoles se anuncie el resultado de la más reciente votación. De hecho, es previsible que en un año con candidatos con estadísticas asombrosas, nadie sea elevado al Salón.

Para ser exaltado al templo de los inmortales en Cooperstown se necesita al menos el 75% en la votación de los miembros de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica con 10 años consecutivos dentro de la organización. Se estima que más 600 periodistas emitieron votos.

Bonds y Clemens fueron juzgados por perjurio en tribunales federales debido a sus desmentidos de que se dopaban. Clemens salió bien librado, mientras que Bonds fue hallado culpable en 2011 de un delito menor por obstrucción a la justicia. Sosa no ha pasado por esos litigios legales, pero el diario The New York Times informó que el nombre del dominicano aparecía en una lista de peloteros que en 2003 dieron positivo.

El debate en torno a la papeleta de este año, que incluye 24 nuevos candidatos y 37 en total, ha sido el más caldeado y polémico que se recuerde en tiempos recientes.

Hay dos frentes que enarbolan puntos de vista irreconciliables.

En una esquina están los que consideran que es una farsa premiar a peloteros que hicieron trampa al consumir sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento e inflar sus estadísticas. Estos votantes se escudan en el texto de una de las cláusulas sobre los criterios a tomar en cuenta se mencionan los aspectos sobre "integridad" y "carácter".

El otro bando opina que el Salón de la Fama no es una iglesia en la que sólo deben estar gente impoluta, que los periodistas no deben ser guardianes de la moral y que ignorar a figuras como Bonds es pretender que no existieron.

The Associated Press realizó un sondeo en el que se consultó a 112 votantes, casi una quinta parte de los que pueden participar, y el trío Bonds-Clemens-Sosa ni siquiera supera el 50%.

The New York Times difundió una consulta con 92 y que convalidó la misma tendencia.

Otro tanto se reflejó en el trabajo del blog www.baseballthinkfactory.org, que se ha encargado de recopilar los votos que los periodistas han divulgado en las últimas semanas. Craig Biggio, Jeff Bagwell, Mike Piazza, Tim Raines y Jack Morris, en ese orden, son los más que cerca están del 75%, pero atrapados entre un máximo de 67% y 62%.

Esta podría ser la octava vez y primera desde 1996 que la votación de los periodistas no resulta en la exaltación de un jugador. Cuando eso ocurrió por última vez, Phil Niekro, Tony Pérez y Don Sutton apenas rebasaron el 60%. Los tres lograron eventualmente sumar los votos suficientes en años posteriores.

Así las cosas, el próximo 28 de julio en Cooperstown tendrá una ceremonia en la que serán elevados tres personalidades fallecidas, el último de ellos en 1939. Se trata del umpire Hank O'Day, el ex propietario de los Yanquis Jacob Ruppert y el catcher/tercera base Deacon White. Todos fueron seleccionados por un panel de expertos convocado por el Salón de la Fama y que deja la composición del mismo en 300 miembros.

Quizás Morris, en su 14to año en la papeleta, pueda alcanzar finalmente el porcentaje necesario tras conseguir un 66,7% en la votación anterior. Pese a sus notables actuaciones de postemporada, el ex pitcher de Detroit y Minnesota ha tenido que esperar al verse resistido por tener un 3.90 en promedio de carreras limpias permitidas que sería el más alto en el Salón.

Biggio, Piazza y Curt Schilling, todos debutantes en la papeleta, deberán acostumbrarse a permanecer a una sala de espera que en los próximos años seguirá. Greg Maddux, Tom Glavine, Frank Thomas y Mike Mussina aparecerán en los nombres para 2014. Pedro Martínez, Randy Johnson y John Smoltz lo harán para 2015. Ken Griffey Jr. y Trevor Hoffman asoman para 2016.

Ahora bien, un voto en contra este año no significa que las puertas a Cooperstown han sido cerradas definitivamente para Bonds y Clemens.

Varios votantes han planteado que quieren transmitir un mensaje de "castigo" en el primer intento, que quedan 14 años más para meditar un cambio de opinión.

"Uno se entera de algo nuevo cada año. Nos enteramos de muchas más cosas durante el juicio de Bonds. Nos enteramos de muchas más cosas durante el juicio de Clemens", comentó Mark Purdy, un columnista del diario San José Mercury News. "No quiero decir que nunca votaré por uno de ellos. Quiero esperar hasta que expire el período de elegibilidad y poder tener la mejor idea posible".

De ser una de las figuras más carismáticas del béisbol de Grandes Ligas entre 1998-2003, Sammy Sosa se encuentra ahora en el olvido. De tener un puesto seguro en el Salón de la Fama, el toletero dominicano sólo puede cruzar los dedos para seguir vigente en las próximas votaciones.

Las fotos del antes y el después lo dicen todo. Y explican por qué Sammy Sosa no será elevado al Salón de la Fama el miércoles, y posiblemente nunca.

El contraste entre el físico de Sosa antes de la era de los esteroides y su físico en pleno apogeo del uso de esas sustancias prohibidas es sorprendente. Tal vez el más notable entre los peloteros de esa época.

Tal contraste físico refleja también, por otro lado, una enorme diferencia en las estadísticas del dominicano antes y después.

Entre 1998 y 2002, Sosa disparó 292 de los 609 jonrones que acumuló en su carrera. Nadie en la historia del béisbol de Grandes Ligas ha pegado tantos cuadrangulares en un lapso de cinco años. No hay otro pelotero con tres temporadas de 60 jonrones o más, como hizo Sosa en 1998, 1999 y 2001.

El más simbólico de esos años fue 1998, en el que Sosa se enfrascó en una pulseada memorable con Mark McGwire, quien trituró el récord de 61 jonrones en una campaña que Roger Maris había fijado en 1961. Esa gesta sirvió para reconciliar a los fanáticos con el béisbol de Grandes Ligas tras la huelga que dio al traste con la Serie Mundial de 1994.

Pero Sosa fue en otros años un jugador común y corriente, con números que no se ajustan a los estándares del Salón de la Fama. Apenas conectó 36 jonrones entre 1989 y 1992 con los Medias Blancas y Cachorros de Chicago. Su .OBP (embasado más slugging acumulado) entre 1990-96 fue de .783. ¿El de 1998-02? 1.046.

La candidatura de Sosa a Cooperstown esencialmente se fundamenta en los batazos de larga distancia, ayudado por ser el ocupante del octavo lugar en la lista histórica.

Su prodigiosa producción ofensiva le convirtió en uno de los jugadores más populares, saliendo en anuncios comerciales de sodas, comida rápida y juegos de video.

De ser uno de los jugadores más productivos de ese período 1998-2002, Sosa parece remar contra la corriente. Ahora puede cruzar los dedos para seguir vigente en las próximas votaciones.

El nombre de Sosa se somete por primera vez en la votación de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica, y está salpicado con las sospechas de consumo de esteroides que persiguen a Barry Bonds y Roger Clemens.

Sosa siempre ha insistido que nunca empleó esteroides, pero el diario The New York Times informó en 2009 que el nombre del dominicano figuró entre los 104 casos positivos que se detectaron en 2003. Esa fue la temporada en la que Grandes Ligas realizó una serie de análisos anónimos que derivaron en un más abarcador programa de controles. Sosa, inclusivo, compareció en 2005 ante una comisión del Congreso estadounidense y negó el consumo de sustancias para mejorar el rendimiento.

El declive posterior de Sosa, a partir de 2003, fue pronunciado. Totalizó 110 jonrones con un slugging de .486 en los últimos cuatro años de su carrera, en lo que se produjó el tristemente célebre episodio en el que fue sorprendido con un bate de corcho y luego sufrió una lesión en la espalda provocada por estornudar muy fuerte.

De acuerdo con sondeos previos a la votación, Bonds, Clemens y Sosa no alcanzarán el mínimo necesario de 75% cuando el resultado se anuncie el miércoles.

Pero hay un detalle que resalta llamativamente: muchos de los periodistas que han hecho caso omiso de las acusaciones de dopaje para respaldar a Bonds y Clemens pasan por alto a Sosa. Varios de esos cronistas indican que estarían dispuestos a votar por Bonds y Clemens en los próximos años, pero Sosa recibiría el mismo trato.

El argumento se centra en que los otros dos ya habían tenido un rendimiento que llenaba los requisitos para entrar a Cooperstown antes del período en el que el consumo de esteroides se hizo rampante.

"Yo votaría sin duda por Bonds y Clemens. Todavía tengo que analizar la trayectoria de Sosa", comentó Jim Caple, redactor de ESPN.com.

"Realmente creo inoportuno hablar de Cooperstown en estos momentos, no quiero que mis palabras incidan en nada en los votantes y por eso prefiero esperar", dijo Sosa el mes pasado al diario dominicano Listín Diario.

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El cubano de la semana: Yordán Álvarez

Yordán Alvarez al bate en el juego de este domingo, 14 de abril, contra los Rangers de Texas, en Houston. (AP Photo/Kevin M. Cox)
Yordán Alvarez al bate en el juego de este domingo, 14 de abril, contra los Rangers de Texas, en Houston. (AP Photo/Kevin M. Cox)

Repite y pon camarón. Por segunda semana consecutiva, el tunero Yordán Álvarez, de los Astros de Houston, resultó el mejor cubano en las Grandes Ligas.

Y no será la última. Considerado el mejor bateador cubano en la actualidad, Álvarez disparó diez cohetes en 24 turnos en la semana entre el lunes 8 y el domingo 14 de abril, para un average de .417.

Entre sus hits, Yordán ligó dos dobletes y despachó un cuadrangular, con seis carreras anotadas e igual número de impulsadas, con un promedio de slugging de .625.

En lo que va de temporada, Yordán batea para .317, con un promedio de embasamiento de .427, slugging de .556 y OPS de .983, con cuatro jonrones y 12 remolcadas.

Otro que quemó la liga en los últimos siete días fue el avileño Adolis García, de los campeones Rangers de Texas.

El Bombi se fue de 24-10 (.417), con dos biangulares como extrabases, cinco anotadas, cuatro empujadas y slugging de .500.

El jueves 11 de abril, por segunda vez en la temporada, García salvó a su equipo de recibir un no hitter, cuando en el séptimo inning disparó el único imparable de su equipo ante el zurdo J.P. Sears, de los Atléticos de Oakland.

El domingo de la semana anterior había hecho lo mismo frente al dominicano Ronel Blanco, de los Astros, al malograrle la hazaña en el sexto episodio.

Encendido con el madero sigue Lourdes Gurriel Junior, de los Diamondbacks de Arizona.

Yunito se fue en la semana de 22-6 (.273), con un doblete, un vuelacercas, dos carreras anotadas y siete impulsadas, para slugging de .455.

En la campaña, el menor de los Gurriel acumula ya 18 carreras empujadas, segundo en todas las Grandes Ligas, sólo superado por el dominicano Marcell Ozuna (21), de los Bravos de Atlanta.

Por cierto, esta semana se supo que su hermano mayor, Yulieski Gurriel, firmó un contrato de Ligas Menores con Atlanta, en su intento por regresar a Grandes Ligas.

Entre los lanzadores, el lanzallamas zurdo Aroldis Chapman, de los Piratas de Pittsburgh, mantuvo inmaculada su efectividad de 0.00, al trabajar una entrada y dos tercios en tres juegos, con tres ponches propinados, aunque regaló cuatro pasaportes y permitió una carrera sucia, su primera en lo que va del 2024.

Y esta semana se produjo finalmente el esperado debut en las Mayores del derecho camagüeyano Yariel Rodríguez con los Azulejos de Toronto.

Rodríguez fue llamado desde las Menores el viernes y el sábado abrió el juego de su equipo ante los Rockies de Colorado.

Trabajó tres entradas y dos tercios, en los que permitió cuatro hits y una carrera limpia, al tiempo que propinó seis ponches.

Se fue sin decisión y tuvo limitada su labor a 68 lanzamientos, nada mal para quien estuvo un año sin lanzar antes de firmar con los Azulejos en el invierno y haber visto recortado su trabajo en los entrenamientos primaverales por molestias en la espalda.

Frío, frío

El villaclareño Yandy Díaz, de los Rays de Tampa Bay, tuvo una rara semana de bajo rendimiento ofensivo.

Líder de los bateadores de la Liga Americana en el 2023, Díaz apenas bateó tres hits en 23 turnos en los últimos siete días, para un pobre average de .130.

Su promedio general es de sólo .206, muy por debao de su average de por vida de .288.

Azulejos llaman a Yariel Rodríguez a las Grandes Ligas

Yariel Rodríguez firmó un contrato por cinco temporadas y 32 millones de dólares con los Azulejos de Toront / Foto: Charlie Neibergall (AP)
Yariel Rodríguez firmó un contrato por cinco temporadas y 32 millones de dólares con los Azulejos de Toront / Foto: Charlie Neibergall (AP)

Luego de dos salidas impecables en Triple A, el lanzador derecho cubano Yariel Rodríguez recibió la esperada llamada para subir a Grandes Ligas.

El camagüeyano de 27 años firmó un contrato por cinco temporadas y 32 millones de dólares con los Azulejos de Toronto, pero dado que llevaba más de 12 meses sin lanzar, la gerencia decidió enviarlo a las Menores para que tuviera algunas aperturas, antes de subirlo al equipo principal.

En dos juegos con los Buffalo Bisons, sucursal de Triple A de los Azulejos, Yariel trabajó seis innings y un tercio, en los que permitió apenas un hit, sin carreras, y propinó diez ponches, señal de que está listo para empeños superiores.

Según confirmaron fuentes del equipo al periodista Francys Romero, el serpentinero sería activado dentro del roster este sábado 13 de abril.

Inmediatamente podría hacer su debut, en el lugar de Bowden Francis, el pitcher anunciado para lanzar ese día, pero que suma dos derrotas en igual cantidad de aperturas, con una pésima efectividad de 12.96.

Los Azulejos jugarán entre viernes y domingo una serie en Toronto ante los Rockies de Colorado.

Rodríguez fue la gran estrella del pitcheo de la selección cubana en el V Clásico Mundial de Béisbol en 2023, donde despertó con su actuación el interés de los equipos de la Gran Carpa.

El cubano tenía contrato con los Dragones de Chunichi, en la Liga Profesional Japonesa, pero después del Clásico, decidió no reincorporarse al club nipón y escapar a República Dominicana, con el objetivo de buscar un camino, vía agencia libre, hacia las Grandes Ligas.

Más de una franquicia mostró intenciones de firmar a Rodríguez, quien en Japón trabajó principalmente como relevista, pero se decantó por el club canadiense, porque fue el que más garantías le ofreció para permitirle actuar como abridor.

Cubanos en Grandes Ligas: Aroldis Chapman

Apodado El Misil Cubano, el zurdo holguinero ostenta el récord Guinness por el pitcheo más veloz en la historia / Foto - Gene J. Puskar (AP)
Apodado El Misil Cubano, el zurdo holguinero ostenta el récord Guinness por el pitcheo más veloz en la historia / Foto - Gene J. Puskar (AP)

Cuando los Rojos de Cincinnati firmaron al zurdo cubano Aroldis Chapman en el 2010, la gerencia se debatía entre ponerlo en la rotación de abridores o usarlo para cerrar los partidos.

Entonces era un flaco espigado que lanzaba con naturalidad sobre las 100 millas por hora, y aunque en Cuba era usualmente un abridor, semejante velocidad era una tentación para ponerlo a matar el noveno inning.

Afortunadamente, los Rojos se decantaron por esa segunda opción y 15 años después, Chapman sigue lanzando sobre las 100 mph y los números acumulados hasta la fecha lo colocan en la frontera del Salón de la Fama de Cooperstown.

Es apenas uno de 11 lanzadores que suman más de 300 rescates (322) y mil ponches (1,156) en su carrera, con un promedio de abanicados de 14.8 por cada nueve entradas, el más alto entre todos los lanzadores con al menos 500 innings de trabajo en la historia de las Mayores.

Apodado El Misil Cubano, el zurdo holguinero ostenta el récord Guinness por el pitcheo más veloz en la historia, 105.8 millas por hora, que consiguió el 24 de septiembre del 2010, en un juego de Cincinnati ante los Padres de San Diego.

Pero más allá de ese meteórico envío, lo notable de ese día es que los 25 lanzamientos que realizó en aquella salida, todos, absolutamente todos, superaron las 100 mph.

En seis temporadas con los Rojos se estableció como uno de los mejores cerradores del béisbol, con 146 salvamentos y 546 ponches en apenas 319 innings, y su nombre empezó a ser codiciado por los grandes equipos, hasta que en el invierno del 2015, los Yankees de Nueva York lo obtuvieron en un canje por cuatro jugadores intrascendentes.

Pero en el 2016, los Yankees no iban para ningún lado y a mitad de la campaña fue transferido a los Cachorros de Chicago, donde resultó pieza fundamental en la conquista de la primera Serie Mundial de la franquicia en 108 años.

En su breve paso por Chicago, el Misil Cubano salvó 16 juegos en 18 oportunidades, con 46 abanicados en 26.2 episodios, mientras que, en la postemporada, incluido el Clásico de Octubre, logró dos victorias y cuatro rescates, con 21 ponches, en 15.2 capítulos.

Fue una magistral movida gerencial de Nueva York, que obtuvo en el cambio al cotizado prospecto venezolano Gleyber Torres, al tiempo que recuperaron a Chapman en la agencia libre, al firmarlo por seis años y 99.6 millones, que lo convirtieron en su momento en el relevista mejor pagado de la historia.

Con los Yankees siguió acumulando rescates (153) y ponches (453 en 294.1 innings), aunque dejó dos momentos tristísimos para la franquicia, al permitir jonrones cruciales en los playoffs de 2019, ante los Astros de Houston, y 2020 frente a los Rays de Tampa Bay, que decretaron la eliminación de los Yankees en esas postemporadas.

Después de 2022 volvió al mercado como agente libre y fue contratado por un año por los Reales de Kansas City, que lo usaron como moneda de cambio a mitad de temporada y lo enviaron a los Rangers de Texas.

Entonces no fue para actuar como cerrador, sino para lanzar innings intermedios, principalmente el octavo. Pero al igual que ocurrió en 2016, Chapman fue una suerte de amuleto y su nuevo equipo terminó ganando la Serie Mundial, primera corona en la historia de la franquicia tejana.

Nuevamente en la agencia libre, firmó por una temporada para 2024 con los Piratas de Pittsburgh, equipo que, contra todo pronóstico, ha comenzado bien, pero que en caso de las aguas tomen su nivel y se desinfle, podría cambiarlo a mitad de año a algún contendiente necesitado de un relevista de élite.

Va y vuelve a ser un talismán y consigue su tercer anillo de campeón, para cimentar aún más su camino hacia Cooperstown.

Muere a los 76 años O.J. Simpson

O.J. Simpson escucha de pie a la juez municipal Kathleen Kennedy-Powell mientras lee su decisión de aplazar su juicio para el 8 de julio de 1994, en relación con los asesinatos el 12 de junio de su ex esposa Nicole Brown Simpson y Ronald Goldman.
O.J. Simpson escucha de pie a la juez municipal Kathleen Kennedy-Powell mientras lee su decisión de aplazar su juicio para el 8 de julio de 1994, en relación con los asesinatos el 12 de junio de su ex esposa Nicole Brown Simpson y Ronald Goldman.

O.J. Simpson, la estrella del fútbol americano y actor de Hollywood que fue absuelto en un sensacional juicio en 1995 por el asesinato de su exesposa, murió a los 76 años.

Simpson, absuelto por un jurado de Los Ángeles en lo que los medios estadounidenses llamaron "el juicio del siglo", murió el miércoles después de sufrir cáncer por varios años, dijo el jueves su familia en las redes sociales.

Simpson evitó la cárcel cuando fue declarado inocente de la muerte a puñaladas en 1994 de su ex esposa Nicole Brown Simpson y su amigo Ronald Goldman en Los Ángeles.

Luego cumplió nueve años en una prisión de Nevada tras ser declarado culpable en 2008 de 12 cargos de robo a mano armada y secuestro a punta de pistola de dos comerciantes de recuerdos deportivos en un hotel de Las Vegas.

Apodado "The Juice", Simpson fue uno de los mejores y más populares atletas de finales de los años 1960 y 1970. Superó una enfermedad infantil para convertirse en estrella de la Universidad del Sur de California y ganó el Trofeo Heisman como el mejor jugador universitario del deporte.

Después de una carrera estelar en la NFL con los Buffalo Bills y los San Francisco 49ers, fue incluido en el Salón de la Fama del deporte.

Simpson aprovechó su estrellato para desarrollar una carrera como comentarista deportivo, publicista y actor de Hollywood en películas como la saga "Naked Gun".

Todo eso cambió después de que Nicole Brown Simpson y Goldman fueran encontrados acuchillados en una grostesca escena frente a su casa de Los Ángeles el 12 de junio de 1994.

Simpson rápidamente surgió como sospechoso. Se le ordenó entregarse a la policía, pero cinco días después de los asesinatos, huyó en su Ford Bronco blanco con un ex compañero de equipo, portando su pasaporte y un disfraz. Una persecución a baja velocidad por el área de Los Ángeles terminó en la mansión de Simpson y luego fue acusado de los asesinatos.

Lo que siguió fue uno de los juicios más notorios en los Estados Unidos del siglo XX y un circo mediático.

Lo tenía todo: una celebridad rica y acusada; un hombre negro acusado de matar a su ex esposa blanca por celos; una mujer asesinada tras divorciarse de un hombre que la había golpeado; un "equipo de ensueño" de abogados carismáticos; y una enorme metedura de pata por parte de los fiscales.

Simpson, quien al comienzo del caso se declaró "absolutamente 100% inocente", saludó a los miembros del jurado y articuló las palabras "gracias" después de que el panel predominantemente negro de 10 mujeres y dos hombres lo absolviera el 3 de octubre de 1995.

Los fiscales argumentaron que Simpson mató a Nicole en un ataque de celos y presentaron extensas pruebas de sangre, cabello y fibras que lo vinculaban con los asesinatos. La defensa respondió que la celebridad acusada fue incriminada por policías blancos racistas.

El juicio paralizó a Estados Unidos. En la Casa Blanca, el presidente Bill Clinton salió de la Oficina Oval y vio el veredicto en la televisión de su secretaria. Muchos afroamericanos celebraron su absolución y vieron a Simpson como víctima de una policía intolerante. Muchos estadounidenses blancos quedaron consternados por su exoneración.

El equipo legal de Simpson incluía a los destacados abogados defensores criminales Johnnie Cochran, Alan Dershowitz y F. Lee Bailey, quienes a menudo superaban a la fiscalía.

Los fiscales cometieron un error memorable cuando ordenaron a Simpson que se probara un par de guantes manchados de sangre encontrados en la escena del crimen, confiando en que le quedarían perfectamente y demostrarían que él era el asesino.

En una demostración muy teatral, Simpson tuvo problemas para ponerse los guantes e indicó al jurado que no le quedaban bien.

Más tarde, Dershowitz calificó la decisión de la fiscalía de pedirle a Simpson que se probara los guantes como "el mayor error legal del siglo XX".

"Lo que este veredicto nos dice es cómo la fama y el dinero pueden comprar la mejor defensa, pueden tomar un caso con evidencia física incriminatoria abrumadora y transformarlo en un caso plagado de dudas razonables", dijo Peter Arenella, profesor de derecho de UCLA, al New York Times.

Posteriormente, las familias Goldman y Brown entablaron una demanda por muerte por negligencia contra Simpson en un tribunal civil. En 1997, un jurado predominantemente blanco en Santa Mónica, California, encontró a Simpson responsable de las dos muertes y le ordenó pagar 33,5 millones de dólares en concepto de daños y perjuicios.

El 3 de octubre de 2008, 13 años después de su absolución en el juicio por asesinato, un jurado de Las Vegas lo declaró culpable de cargos que incluían secuestro y robo a mano armada.

Estos surgieron de un incidente ocurrido en 2007 en un hotel casino en el que Simpson y cinco hombres, al menos dos de ellos armados, robaron recuerdos deportivos por valor de miles de dólares de dos traficantes.

Simpson dijo que sólo estaba tratando de recuperar su propiedad pero fue sentenciado a hasta 33 años de prisión.

"No quería lastimar a nadie", dijo Simpson, vestido con un mono azul de prisión y grilletes en piernas y muñecas, en su sentencia. "No sabía que estaba haciendo algo malo".

Simpson salió en libertad condicional en 2017 y se mudó a una comunidad privada en Las Vegas. Se le concedió la libertad condicional anticipada en 2021 debido a su buen comportamiento a los 74 años.

La saga de su vida fue contada en el documental ganador del Oscar de 2016 "O.J.: Made in America", así como en varias dramatizaciones televisivas.

Ex traductor de Ohtani negocia acuerdo de culpabilidad

Shohei Ohtani (17) out en home durante la séptima entrada en el Target Field, el 10 de abril de 2024. (Matt Krohn-USA TODAY Deportes)
Shohei Ohtani (17) out en home durante la séptima entrada en el Target Field, el 10 de abril de 2024. (Matt Krohn-USA TODAY Deportes)

Ippei Mizuhara, ex intérprete del pelotero japonés Shonei Ohtani, estaría negociando con la fiscalía un acuerdo para declararse culpable de cargos federales por el supuesto robo de 4.5 millones de dólares.

Mizuhara está bajo una investigación que comenzó hace tres semanas, cuando salió a la luz un escándalo por la transferencia de fondos de las cuentas bancarias de Ohtani a una casa de apuestas ilegales en California.

El ex traductor, quien trabajó con la estrella japonesa desde que llegó a Grandes Ligas con los Angelinos de Los Angeles, fue despedido inmediatamente por los Dodgers, que lo contrataron como parte del pacto para firmar a Ohtani por diez años y 700 millones de dólares.

Fuentes cercanas a las pesquisas dijeron al periódico The New York Times que Mizuhara, quien aún no ha sido acusado formalmente, estaría adelantando la negociación de un acuerdo de culpabilidad.

Asimismo, la misma fuente aseguró que los investigadores policiales concluyeron que Ohtani fue víctima del robo y que las aseveraciones que hizo en un comunicado ante los medios, en el que negó cualquier implicación en las apuestas ilegales, eran precisas y se ajustaban a la realidad.

O sea, que la superestrella nipona, la cara actual de las Grandes Ligas, estaría exento de cualquier responsabilidad en las transferencias de fondos a la casa de apuestas ilegales operada por Matthew Boyer, quien estaba desde hace unos meses bajo investigación federal.

En la primera de dos entrevistas con ESPN, Mizuhara inicialmente dijo que había acumulado enormes deudas de juego y que Ohtani lo ayudó a saldarlas, con la promesa de no volver a apostar.

Pero casi de inmediato, el traductor cambió sus declaraciones y dijo que el pelotero no tenía conocimiento de los pagos.

Según el New York Times, Mizuhara cambió la configuración de la cuenta bancaria de Ohtani para que este no recibiera alertas o confirmaciones sobre transacciones.

Al margen de las pesquisas de las autoridades federales, la oficina del comisionado de Grandes Ligas inició su propia investigación, para determinar cualquier posible relación de Ohtani con las apuestas.

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