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Jorge Luis Borges: semidiós frente a la infamia


Jorge Luis Borges (1899-1986).
Jorge Luis Borges (1899-1986).

Retomamos este artículo de Armando de Armas a propósito del 117 aniversario del nacimiento del escritor Jorge Luis Borges (1899-1986)

Cuenta la negra leyenda entretejida en torno a la figura del escritor Jorge Luis Borges, nacido un 24 de agosto de 1899 y muerto un 14 de junio de 1986, que ante la insistente, insidiosa pregunta por parte de un periodista que buscaba su opinión sobre la Cuba castrista, el autor de El Aleph respondió, tras esbozar una sonrisa a medio camino entre lo irónico y lo desdeñoso, parpadeo perenne de sus ojos heridos por la luz, que lo único que le interesaba saber sobre esa isla es que había sido invadida.

Respuesta que, si no fuera por los dictámenes de lo demagógico imperante, formaría parte no de la negra leyenda entretejida en torno a la figura del escritor, sino de una hipotética blanca leyenda entretejida en torno a la figura del escritor.

Una respuesta que, por otro lado, si no fuera por esos mismos dictámenes de lo demagógico imperante, no tendría por qué haber sido esgrimida, como sostenido y seguro elemento satanizador de manera tal que el más grande autor hispanoamericano del siglo XX, y uno de los más grandes de todos los tiempos, fuera prohibido en Cuba por más de treinta años y, quizás, vetado de manera que no resultase nunca reconocido con el Premio Nobel de Literatura.

No fue hasta 1988 que el aparato cultural del régimen militar de la isla, Casa de las Américas, publicara por primera vez algo de Borges, se trataba de una compilación de poemas, ensayos y relatos del autor argentino, bajo el título de Páginas Escogidas, purgadas más bien, que estuviera a cargo del poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar; sargento Retamar al decir del poeta Pablo Neruda.

La revista Variaciones Borges, perteneciente al The Jorge Luis Borges Center for Studies & Documentation, de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, publica lo siguiente en su número 7 dedicado al centenario del autor:

"Borges nos ha legado una literatura prolífica, que se distingue paradójicamente por su internacionalismo y por el amor nostálgico de algunos lugares míticos o mínimos: Buenos Aires, el Sur, Islandia, Inglaterra, el Lejano Oriente, ciertos patios, ciertas esquinas.

Profundamente filósofo de la poesía y poeta de la filosofia, presenta cada uno de sus escritos como un enigma ontológico. Muchas veces, al revés, un cuento o un poema reviste los rasgos de un tratado.

Ontologías fantásticas, etimologías transversales, genealogías sincrónicas, gramáticas utópicas, geografías novelescas, múltiples historias universales, bestiarios lógicos, silogismos ornitológicos, éticas narrativas, matemáticas imaginarias, thrillers teológicos, nostálgicas geometrías y recuerdos inventados, son parte del paisaje inmenso que las obras de Borges ofrecen al estudioso o al hedónico lector. Se lo ha presentado, con razón, como el erudito más grande de este siglo, lo cual no impide que la lectura de sus escritos suscite momentos de viva emoción o de simple distracción”.

En entrevista realizada por Christian Wildner a Jorge Luis Borges, aparecida en el prólogo a la edición en español de la obra de Emanuel Swedenborg El Cielo y sus Maravillas y el Infierno, Buenos Aires, 1991, Editorial Kier, Borges asegura: "Yo escribí un prólogo a un libro sobre Swedenborg a instancias del Sr. Spiers, de la Fundación Swedenborg. Y tengo en proyecto (claro que a mi edad los proyectos son un tanto aleatorios) un libro sobre las tres salvaciones; la primera es la de Cristo, que es de carácter ético; la segunda es la de Swedenborg, que es ética e intelectual; y la tercera es la de Blake, discípulo rebelde de Swedenborg, que es ética, intelectual y estética, que se basa en las parábolas de Cristo, que él dice que son obras de arte".

Para agregar más adelante, en referencia a su acercamiento al místico e intelectual sueco: "Lo conocí por Emerson. Porque Emerson tiene un libro: Representative Men. Ese libro está escrito un poco a la manera de On Heroes Heroworship and the Heroic In History, de Carlyle, que fue de algún modo su maestro; entonces, él toma distintos tipos humanos. Recuerdo que son: Montaigne o el escéptico, Swedenborg o el místico, Shakespeare o el poeta, Napoleón o el hombre del mundo y Goethe o el escritor.

Yo comencé leyendo ese libro. Ese libro lo leí en Ginebra en el año 14 o 15 (…) Swedenborg fue a Inglaterra porque quería conocer a Newton, y finalmente no pudo lograrlo, ¿qué raro, eh?

Yo he hablado mucho sobre Swedenborg con el pintor y místico argentino Xul Solar, yo era muy amigo de Xul, iba a casa de él en la calle Laprida 1214, y leíamos a Swedenborg, leíamos a Blake, leíamos a los poetas alemanes, leíamos al poeta inglés Swinburne y muchos otros textos"(…)"El llevó esa... casi aridez, esa sequedad, esa precisión, a sus descripciones. Generalmente cuando se habla de éxtasis, se usan metáforas del amor, o metáforas del vino, metáforas arrebatadas. Pero en el caso de él no. El no busca efectos patéticos. El describe lo que ha visto. En relación a esto recuerdo algo que me dijo Xul: “Lo que se ve en el otro mundo depende un poco de uno”. Hay un poema muy lindo de Víctor Hugo que expresa muy bien esta imagen: “Ce que dit la Bouche d'ombre”, "Lo que dice la Boca de sombra"; el mismo espectro que le dice a Nerón “Soy Mesalina”, le dice a Caín “soy Abel”.


Del mismo modo, las visiones de los místicos musulmanes, de los sufíes, no concuerdan con las de los cristianos. Quiere decir que hay como fuerzas o espíritus que cada uno ve de acuerdo con sus prejuicios o conocimientos. Posiblemente esos mismos ángeles, ese mismo Cristo, que él vio de ese modo, fue visto por místicos de otra tradición de otro modo."

(…) "Sí. Sé que el primer encuentro con Cristo fue en Londres, y los otros también. El estuvo además en Alemania, Holanda, los Países Bajos, pero finalmente se estableció en Londres. Tal vez el hecho de que fijara su residencia en Londres está relacionado con esa experiencia. A partir de ese momento su vida cambió totalmente. Abandonó el estudio de la ciencia; por ejemplo: la anatomía, la astronomía, las matemáticas, y se dedicó a registrar minuciosamente ese mundo espiritual. El diálogo con los ángeles empezó a ser un hecho cotidiano para él".

Por otro lado, en una inusitada entrevista que le concediera al entonces joven escritor Mario Vargas Llosa, Borges abunda en su gusto por lo esotérico, o al menos por lo esotérico-literario: “Pero hay algunos autores que yo quisiera destacar especialmente y esos autores son Montaigne, Flaubert –quizá Flaubert más que ningún otro -, y luego un autor personalmente desagradable a través de lo que uno puede juzgar por sus libros, pero la verdad es que trataba de ser desagradable y lo consiguió: Leon Bloy. Sobre todo me interesa en Leon Bloy esa idea suya, esa idea que ya los cabalistas y el místico sueco Swedenborg tuvieron pero que sin duda él sacó de sí mismo, la idea del universo como una suerte de escritura, como una criptografía de la divinidad”.

Respecto a lo que pensaba Borges en relación con el Nobel, o en relación a su probable marginación por parte del Nobel, y en relación también a los posicionamientos que lo hacían reo de lo políticamente correcto, el empresario, editor, escritor y gran amigo del autor de Historia universal de la infamia, el italiano Armando Verdiglione, dijo en exclusiva para MartiNoticias: “Hemos hablado del Nobel, y él dijo que los criterios con que se asigna el premio, no son evidentemente los mismos de aquellos tiempos en que se asignaba a Pirandello, a los grandes escritores. Y me ponía algún ejemplo. Yo le decía pero usted está interesado en el premio? Sí, me interesa, pero claramente ellos tienen otros criterios. Está bien así, me dijo. Sin embargo, de Tokio había dos exponentes en el jurado de Estocolmo. Particularmente Lars Forsell, quien dijo: Yo me batiré por proponer el Nobel para Borges. Y, de lo que hemos sabido, cuatro de diez eran favorables, entre los que se encontraba Lars Forsell, pero los otros habían seguido el criterio ideológico.

Borges había estado en Chile y se le censuraba por ello, y al respecto dijo: Sí yo he estado en Chile, un país cercano a la Argentina. Y ante la pregunta. ¿Por qué saludó a Pinochet? Respondía. Yo no leo los periódicos, no sigo la política... La ideología de izquierda consideraba reaccionario a Borges, a Ionesco. Durante quince años nadie publicó a Ionesco en Italia porque era reaccionario. Fue entonces que yo comencé a publicar a Ionesco, y de esta manera llamé a Borges ¿¡Reaccionarios!? Grandísimos poetas. No eran reaccionarios, eran revolucionarios en sus obras, en sus poesías, en la literatura, en la escritura, respecto a la civilización eran revolucionarios. No eran tradicionalistas. Para ellos la tradición, devenía invención. Invención. Una gran amistad con Borges, una gran amistad con aquellos que de cuando en cuando han venido a este laboratorio intelectual.

Pero, quizá lo que convirtiera a Borges en reo de lo políticamente correcto, esa dictadura que se manifiesta dura bajo el comunismo y distendida bajo la democracia liberal, pero eficiente siempre, no serían precisamente sus opiniones sobre el régimen de Cuba ni su saludo más o menos afectuoso al general Augusto Pinochet, sino sus sesgados atisbos sobre el universo y su devenir, su profundo pensamiento místico-filosófico que lo alejaría, o haría entrar en contradicción extrema con los manidos manuales del marxismo y sus derivados ideológicos, esos sucedáneos que pretenderían explicar la realidad de manera tan simplona como sibilina, tan categorizada como cartografiada o, más bien, ello sería así porque entendieron los estrategas detrás de lo políticamente correcto, del pensamiento pueril, estragado por obra de los estrategas, que esa inmersión en los misterios no era otra cosa que la causa primera que lo llevaría a nadar contra la corriente, quiere decir, a no haberle negado el saludo a Pinochet y sólo desear saber sobre Cuba que fue al fin invadida y, en consecuencia, salvada.

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