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Discurso de la embajadora de EEUU en la ONU sobre el embargo a Cuba

EEUU se abstiene por primera vez en votación sobre el embargo a Cuba en ONU
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EEUU se abstiene por primera vez en votación sobre el embargo a Cuba en ONU

Palabras de la embajadora Samantha Power, representante permanente de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, en la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el embargo a Cuba, 26 de octubre de 2016.

Durante más de 50 años, Estados Unidos tuvo una política destinada a aislar al gobierno de Cuba. Durante casi la mitad de ese tiempo, los Estados Miembros de las Naciones Unidas votaron de forma contundente a favor de una resolución de la Asamblea General que condena el embargo de Estados Unidos y pide que se termine. Estados Unidos siempre votó en contra de esta resolución. Hoy Estados Unidos se abstendrá.
Muchas gracias. Permítanme explicar por qué. En diciembre de 2014, el presidente Obama dejó en claro su oposición al embargo y pidió a nuestro Congreso que tomara medidas para levantarlo. Sin embargo, si bien el gobierno de Obama está de acuerdo en que debe levantarse el embargo de Estados Unidos a Cuba —tengo que ser clara—, no apoyamos el cambio por el motivo que se indica en esta resolución. Todas las acciones de Estados Unidos con respecto a Cuba se ajustaron y se ajustan plenamente a la Carta de las Naciones Unidas y al derecho internacional, incluido el derecho consuetudinario del mar y el derecho comercial aplicable. Rechazamos de modo categórico las declaraciones presentes en la resolución que sugieren lo contrario.

Pero la resolución hoy votada es un ejemplo perfecto de por qué no funcionaba la política estadounidense de aislamiento hacia Cuba o peor, cómo, en realidad, socavaba los mismos objetivos que perseguía. En lugar de aislar a Cuba, como señaló en repetidas ocasiones el presidente Obama, nuestra política aisló a Estados Unidos. Incluso aquí, en las Naciones Unidas.
Bajo el liderazgo del presidente Obama, hemos adoptado un nuevo enfoque: en vez de intentar bloquear a Cuba del resto del mundo, queremos un mundo de oportunidades e ideas abierto al pueblo de Cuba. Después de más de 50 años de perseguir el camino del aislamiento, hemos decidido tomar el camino del compromiso. Porque, como afirmó el presidente Obama en La Habana, reconocemos que el futuro de la isla está en manos de los cubanos, por supuesto.

En los casi dos años que transcurrieron desde que el presidente Obama anunció el cambio en nuestro planteamiento, modificamos las normas de aplicación del embargo seis veces, la más reciente el 14 de octubre, y encontramos formas de consolidar el vínculo entre nuestros gobiernos y nuestros pueblos. Restablecimos las relaciones diplomáticas con el gobierno de Cuba; volvimos a abrir embajadas en nuestras respectivas capitales; reanudamos los vuelos comerciales regulares entre Estados Unidos y Cuba; facilitamos los viajes de personas; redujimos las restricciones a las empresas y los empresarios estadounidenses que desean hacer negocios en Cuba; y dejamos de limitar la frecuencia con la que los cubano-estadounidenses pueden visitar a sus familias en la isla. El presidente Obama se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos en ejercicio que visitó Cuba desde 1928, un hecho memorable. Y en un viaje mucho más modesto aquí, en Nueva York, yo realicé la primera visita de un embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas a la misión de Cuba desde la Revolución cubana. Hoy, agregamos a esta lista la primera abstención de Estados Unidos en la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas que solicita el fin del embargo.

Dicha abstención no implica que Estados Unidos esté de acuerdo con todas las políticas y prácticas del gobierno cubano. De hecho, no lo está. Estamos profundamente preocupados por las graves violaciones de los derechos humanos que el gobierno cubano sigue cometiendo con impunidad contra su propio pueblo, como la detención arbitraria de quienes critican al gobierno; la amenaza, la intimidación y, a veces, la agresión física a los ciudadanos que participan en reuniones y marchas pacíficas; y la severa restricción del acceso que tiene la gente de la isla a la información externa.

Como indicó el presidente Obama cuando viajó a La Habana, creemos que el pueblo cubano, como todas las personas, deben disfrutar de los derechos humanos básicos, como el derecho a decir lo que piensan sin miedo y el derecho a reunirse, organizarse y protestar de modo pacífico. No porque estos reflejen una concepción de los derechos centrada en Estados Unidos, sino porque son derechos humanos universales, consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración Universal de Derechos Humanos, que se supone que respetamos y defendemos los 193 Estados Miembros. Derechos que son esenciales para la dignidad de hombres, mujeres y niños sin importar dónde viven o qué tipo de gobierno tienen.
Quiero ser una de las primeras en reconocer, como suelen declarar nuestras contrapartes cubanas, que Estados Unidos tiene trabajo que hacer en el cumplimiento de estos derechos para nuestros propios ciudadanos. Y sabemos que en nuestra historia, los ciudadanos y líderes de Estados Unidos utilizaron, en ocasiones, el pretexto de promover la democracia y los derechos humanos en la región para justificar acciones que han dejado un profundo legado de desconfianza. Reconocemos que nuestra historia, en la que hay tanto que nos da orgullo, también nos da buenos motivos para ser humildes.
Asimismo, reconocemos las áreas en las que el gobierno cubano ha hecho un progreso significativo en el fomento del bienestar de su gente, desde reducir de manera significativa su tasa de mortalidad infantil, hasta garantizar que las niñas tengan el mismo acceso a la escuela primaria y secundaria que los niños.

Pero nada de esto debe significar que permanezcamos callados cuando se violan los derechos del pueblo cubano, como lo han hecho muchas veces los Estados Miembros de las Naciones Unidas. Es por eso que Estados Unidos planteó estas preocupaciones directamente con el gobierno cubano durante nuestro histórico diálogo sobre los derechos humanos en La Habana el 14 de octubre, lo que demuestra que, pese a que nuestros gobiernos continúan en desacuerdo sobre cuestiones fundamentales de derechos humanos, hemos encontrado una manera de hablar de estos temas de manera respetuosa y recíproca. Instamos a otros Estados Miembros a expresarse sobre estos temas también.

Estados Unidos considera que hay mucho que podemos hacer junto con Cuba para hacer frente a los desafíos mundiales. Por ejemplo, aquí, en las Naciones Unidas, donde la enemistad de décadas entre nuestras naciones ha sido, en el mejor de los casos, una distracción, y en el peor, un obstáculo, para llevar a cabo algunos de los trabajos más importantes de esta institución y para ayudar a las personas más vulnerables del mundo.

Quisiera finalizar con un simple ejemplo, un ejemplo muy conmovedor. En 2014, nos enfrentamos con el brote más mortal de ébola en la historia de nuestro planeta. Las proyecciones más extremas estimaban que podrían infectarse más de un millón de personas en unos pocos meses. Sin embargo, aunque los expertos señalaron que la única manera de detener la epidemia era enfrentarla en su lugar de origen, la comunidad internacional tardó en actuar. Muchos se paralizaron.

Fue en ese contexto que el presidente Obama decidió llevar a más de 3.000 efectivos de Estados Unidos al epicentro del brote, donde se unieron a cientos de estadounidenses que trabajaban para organizaciones no gubernamentales y organismos humanitarios en las zonas más afectadas. El presidente Obama también instó a otros Estados Miembros a hacer su parte. Uno de los primeros países en dar un paso adelante fue Cuba, que envió a más de 200 profesionales de la salud a la región, una contribución impresionante para un país de solo 11 millones de personas.
Uno de ellos era un médico cubano de 43 años llamado Félix Sarría Báez, a quien se envió a una unidad de tratamiento del ébola en Sierra Leona. Durante el tratamiento de los infectados, el Dr. Báez contrajo los síntomas del virus, y en seguida pasó de ser médico a ser paciente. Como su estado se deterioró, lo trasladaron en avión a Ginebra, donde durante dos días perdía y recobraba la conciencia. Casi murió, pero salió adelante milagrosamente y luego regresó a la Habana, donde afirma que recuperó su fuerza acunando a su hijo de dos años.

Me gustaría que piensen, por un momento, en lo que implicó salvar la vida del Dr. Báez, un hombre que arriesgó su vida para salvar a la gente de un país al otro lado del mundo. Al principio, se lo trató en la clínica donde trabajaba, que se había construido con la ayuda de una ONG con sede en Estados Unidos. Desde allí, se lo trasladó a una clínica que dirigían los médicos del Ministerio de Defensa británico. Luego lo llevaron a Suiza, con un plan de transporte que dirigía un servicio estadounidense de vuelos. Al llegar al hospital de Ginebra, lo trataron médicos suizos con un tratamiento experimental desarrollado por canadienses.

Observen todas las naciones que desempeñaron un papel en salvar la vida de ese valiente médico, un médico que, tras recuperarse en La Habana, decidió, de hecho, regresar a Sierra Leona para poder reunirse de nuevo con sus colegas en el terreno y salvar la vida de los habitantes del país. El Dr. Báez y todos sus colegas pertenecían a la Brigada Henry Reeve de Cuba, que responde a desastres internacionales y epidemias y toma su nombre de un joven estadounidense nacido en Brooklyn que a los 19 años viajó a Cuba para unirse a la lucha del país por la independencia y dio su vida en 1876 mientras luchaba junto a los cubanos por su libertad.
Cuando el Dr. Báez regresó a Sierra Leona, se le preguntó por qué había vuelto después de todo que había atravesado. Dijo, simplemente: "Tenía que volver. El ébola es un desafío contra el que debo luchar aquí hasta el final, para que no se propague el resto del mundo".

Así, como acabo de describir, así es la ONU, cuando funciona. Y es precisamente por esfuerzos nobles como estos que Estados Unidos y Cuba deben seguir buscando formas de cooperar, aunque persistan nuestras diferencias. Hoy, daremos otro pequeño paso para poder hacerlo. Ojalá haya muchos, muchos pasos más, incluso, esperamos, poner fin al embargo de Estados Unidos de una vez por todas.

Muchas gracias.

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Senado desestima cargos de juicio político contra Mayorkas

Los demócratas argumentaron que los artículos que acusaban al secretario de Seguridad Nacional de EEUU, Alejandro Mayorkas, eran inconstitucionales. (AP/José Luis Magana)
Los demócratas argumentaron que los artículos que acusaban al secretario de Seguridad Nacional de EEUU, Alejandro Mayorkas, eran inconstitucionales. (AP/José Luis Magana)

El Senado desestimó todos los cargos de juicio político contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, poniendo fin a la iniciativa de los republicanos en la Cámara de Representantes para destituir al funcionario por su manejo de la situación en la frontera con México y poniendo fin al proceso incluso antes de que comenzaran los argumentos.

Los senadores votaron a favor de desestimar los dos artículos que, según los republicanos, justificaban iniciar un juicio político. Los demócratas argumentaron que los artículos eran inconstitucionales. El primer artículo acusaba a Mayorkas de “negativa deliberada y sistémica a cumplir” con la ley de inmigración. El segundo lo acusaba de “abuso de confianza” por decir que la frontera estaba segura. Ambas votaciones fueron 51-48 según líneas partidistas, con la senadora republicana Lisa Murkowski, de Alaska, votando “presente”.

Previamente, el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, dijo que buscaría desestimar el juicio argumentando que los dos artículos acusatorios presentados por los republicanos “no cumplían con los estándares de delitos y faltas graves” y esto podría sentar un precedente peligroso.

"Por el bien de la integridad del Senado y para proteger el juicio político para los raros casos en que realmente lo necesitamos, los senadores deberían desestimar las acusaciones de hoy”, dijo Schumer, demócrata por Nueva York, al abrir la sesión del Senado.


En febrero, la Cámara de Representantes aprobó por estrecha mayoría someter a Mayorkas a un juicio político por su manejo de la situación en la frontera con México, argumentando en los dos artículos que el funcionario “intencional y sistemáticamente” se negó a implementar las leyes migratorias. Los responsables de la Cámara de Representantes presentaron los cargos ante el Senado el martes, de pie en la tribuna del Senado y leyéndolos en voz alta ante una audiencia cautiva de senadores.

Una desestimación total de la acusación, sin posibilidad de argumentar el caso, iba a ser una derrota embarazosa para los republicanos y para el asediado presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, que hizo de la destitución una prioridad. Y es probable que tenga resonancia política tanto para los republicanos como para los demócratas en un año de elecciones presidenciales en el que la seguridad fronteriza ha sido uno de los temas principales.

Los republicanos argumentan que el presidente Joe Biden ha sido débil en la frontera, ya que las detenciones por cruces ilegales se dispararon a más de 2 millones de personas durante los dos últimos años de su mandato, aunque han disminuido desde un récord de 250.000 en diciembre, debido a la intensificación de la aplicación de la ley en México. Los demócratas afirman que, en lugar de someter a un juicio político a Mayorkas, los republicanos deberían haber aceptado un compromiso bipartidista del Senado destinado a reducir el número de inmigrantes que entran ilegalmente en Estados Unidos.

Cuando firmó los artículos de juicio político el lunes antes de enviarlos a través del Capitolio, Johnson dijo que Schumer debe convocar un juicio “para que quienes orquestaron esta crisis rindan cuentas”.

Schumer “es el único impedimento para que el pueblo estadounidense vea que hay una rendición de cuentas”, aseguró Johnson. “De acuerdo con lo establecido en la Constitución, la Cámara de Representantes exige un juicio”.

Audiencia clave en el caso Rocha ¿Quiénes fueron sus víctimas y cuánto merecen en restitución?

Exiliados cubanos en Miami exigieron frente a una corte federal una "sentencia máxima" para Víctor Manuel Rocha.
Exiliados cubanos en Miami exigieron frente a una corte federal una "sentencia máxima" para Víctor Manuel Rocha.

Una audiencia clave en el caso del exdiplomático norteamericano Víctor Manuel Rocha, condenado el pasado viernes a 15 años de cárcel por trabajar clandestinamente para la inteligencia cubana, tendrá lugar el próximo 21 de julio.

De acuerdo a documentos de la corte y entrevistas realizadas por Martí Noticias el ex funcionario deberá comparecer en una audiencia judicial sobre la restitución de los daños causados a sus víctimas.

“Una sentencia federal tiene varios componentes. El primero es el tiempo a servir: en este caso es el tiempo máximo de 15 años a los dos cargos de los que él se declaró culpable: defraudar a los Estados Unidos y trabajar clandestinamente para un gobierno extranjero”, dijo Nelson Rodríguez Varela, abogado de Miami especializado en derecho penal y bienes raíces.

“La segunda parte de la sentencia es el tiempo en supervisión, que en su caso fueron tres años, y el tercer elemento es una multa de 500.000 dólares pagables al gobierno de Estados Unidos. Por último, la restitución en casos y cargos que ameriten restitución”, añadió.

En el momento de la sentencia a 15 años de prisión, impuesta por la jueza federal Beth Bloom, la fiscalía no tenía una lista de víctimas del trabajo de Rocha como agente del régimen cubano.

“La Corte no estuvo de acuerdo con que el único afectado fuera el gobierno federal y por eso ha puesto esta audiencia de restitución para identificar quiénes son las víctimas y a quiénes se le ordena la restitución”, explicó Rodríguez Varela.

Bajo los términos del acuerdo de culpabilidad, Rocha tiene que cooperar con el gobierno y aseguró que lo reparará como colaborador de las agencias de seguridad de EEUU.

"Asumo [plenamente] la responsabilidad por ello y acepto la sanción que debo pagar. Y lo que es más importante, estoy reparando, y seguiré reparando cuando sea necesario, el daño causado a través de mi colaboración incondicional con aquellos a quienes traicioné", dijo Rocha en la Corte, según reseña El Nuevo Herald.

Rodríguez Varela aseguró que la Corte buscará restituir el daño al gobierno de Estados Unidos con la devolución de todo el dinero devengado en las más de cuatro décadas de trabajo de Rocha para el régimen cubano.

“El gobierno le estuvo pagando como compensación por su trabajo mientras él violaba la confianza de Estados Unidos y cobró dinero sin estar trabajando a favor de los Estados Unidos. La Corte va a ordenar que todo ese dinero lo tenga que devolver”, dijo el abogado.

¿Además del gobierno quién más podría recibir compensación?

“La Corte va a querer saber quiénes fueron las otras víctimas en su trabajo como agente a lo largo de décadas: podrían ser, por ejemplo, los familiares de las víctimas de los Hermanos al Rescate o la familia de Oswaldo Payá”, indicó Rodríguez Varela.

El 24 de febrero de 1996 el gobierno de Cuba derribó sobre aguas internacionales dos aviones civiles de la organización humanitaria Hermanos al Rescate. La acción armada provocó la muerte de cuatro cubanoamericanos.

En el documento acusatorio contra Rocha aparece una declaración en la que el exdiplomático admite que "estaba a cargo" cuando ocurrió el derribo de las avionetas. Precisamente, entre 1995 y 1997 Rocha fue subdirector de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana. "Ese fue un tiempo de mucha tensión", reconoció al agente encubierto.

El líder opositor cubano Oswaldo Payá Sardiñas y el activista Harold Cepero, fallecieron en circunstancias no esclarecidas el 22 de julio de 2012, en una carretera de Bayamo, Granma, desde entonces su familia y reconocidas entidades internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, han señalado al régimen cubano responsable de estas muertes. La familia Payá ha demandado a Rocha civilmente.

¿Puede indemnizar Rocha económicamente a las víctimas?

Registros de la oficina del Secretario del Tribunal y Contralor de Miami-Dade, con fecha del 8 de febrero, reflejan que el acusado transfirió a su esposa, Karla Wittkop Rocha, el título de propiedad de cuatro apartamentos de lujo, valorados en 4 millones de dólares, que están ubicados en el Brickell City Center. Durante la audiencia de culpabilidad de Rocha también se conoció que había transferido dos cuentas bancarias a su esposa.

La jueza se mostró insatisfecha en ese momento por el acuerdo alcanzado por la Fiscalía. Las transferencias han hecho pensar a muchos si Rocha tendría la capacidad de afrontar las restituciones que le imponga la Corte.

“La Corte puede ordenar la restitución tenga él los fondos o no los tenga. Tenga él el dinero o no lo tenga, las víctimas tienen derecho a una restitución”, dijo Rodríguez Varela.

Según Rodríguez Varela, las transferencias que hizo Rocha a su esposa podrían ser consideradas ilícitas “al estar en función de evitar afrontar las restituciones”.

“Si las familias logran demostrar que Rocha tuvo un impacto en lo que sucedió con sus seres queridos podrían proceder contra esas propiedades en un juicio civil que no tendría nada que ver con esta sentencia”, añadió.

“Lo más importante en el caso de las víctimas es lograr demostrar a la Corte que Rocha escondió información al gobierno de Estados Unidos a favor del régimen cubano y que como resultado de sus acciones hubo daños y perjuicios a estas personas”, dijo el abogado.

Senado de EEUU pudiera poner fin rápidamente a juicio político contra Mayorkas

El secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, testifica ante el Subcomité de Seguridad Nacional, en Washington, EEUU, el 10 de abril de 2024. (REUTERS/Michael A. McCoy)
El secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, testifica ante el Subcomité de Seguridad Nacional, en Washington, EEUU, el 10 de abril de 2024. (REUTERS/Michael A. McCoy)

Los demócratas del Senado podrían poner fin al juicio político contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, este miércoles, incluso antes de que comiencen los argumentos.

La Cámara envió al Senado el martes dos artículos de juicio político contra Mayorkas, lo que lleva a un juicio bajo cargos de que se “rehusó a cumplir con las leyes federales de inmigración” en medio de una oleada histórica de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos y que ha “quebrantado la confianza pública” con sus afirmaciones ante el Congreso de que la frontera es segura.

Si bien el Senado está obligado a celebrar un juicio según las reglas de juicio político, una vez que los cargos crucen el Capitolio, es posible que el proceso no dure mucho.

Se prevé que el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, convoque a una votación para desestimar los dos artículos acusatorios contra Mayorkas, una vez que los senadores sean juramentados como jurados alrededor del mediodía.

La medida cancelaría el juicio y frustraría a los republicanos que han exigido que se les permita a los fiscales de la cámara baja presentar su caso. Los demócratas parecen estar unidos en su oposición al proceso.

El martes, los senadores se sentaron en silencio mientras el presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara, el congresista republicano Mark Green, leía en voz alta los cargos contra Mayorkas.

"Alejandro N. Mayorkas merece un juicio politico, la destitución del cargo y la inhabilitación para ocupar y disfrutar de cualquier cargo de honor, confianza y beneficio bajo los Estados Unidos", opinó Green.

Por su parte, Schumer dijo en el pleno del Senado que aunque quieren abordar esta cuestión lo más rápidamente possible, el juicio político “nunca debe utilizarse para resolver desacuerdos sobre política”.

“Esto sentaría un terrible precedente para el Congreso, que cada vez que haya un desacuerdo político en la Cámara, lo envíen al Senado para hacer un juicio político. Eso es absurdo. Eso es un abuso del proceso”, dijo el senador demócrata.

Por su parte, Mayorkas dijo el miércoles que está enfocado en su trabajo, administrando esa enorme agencia gubernamental.

“Mientras ellos se enfocan en un juicio político, yo trabajo en impulsar la misión del Departamento de Seguridad Nacional. Eso es lo que he hecho durante todo este proceso”, declaró en el programa “CBS Mornings”, a donde acudió para hablar de la campaña del departamento por proteger a los niños cuando usan la Internet.

Mayorkas es apenas el segundo funcionario del gabinete presidencial que enfrenta su destitución mediante un juicio político. La última vez fue en 1876, cuando William Belknap, el secretario de guerra del entonces presidente Ulysses Grant, fue acusado de corrupción.

Muere Bob Graham, un político instrumental en el éxodo del Mariel (VIDEO)

Bob Graham en una conferencia de prensa en 1978 tras ganar la gobernación de Florida, el político debió afrontar una de los éxodos migratorios más desafiantes para ese estado y para los Estados Unidos.
Bob Graham en una conferencia de prensa en 1978 tras ganar la gobernación de Florida, el político debió afrontar una de los éxodos migratorios más desafiantes para ese estado y para los Estados Unidos.

Bob Graham, el ex gobernador de Florida y senador estadounidense que jugó un papel instrumental en el manejo del éxodo de cubanos por el Mariel, falleció el martes a los 87 años, anunció su hija Gwen Graham.

El político originario de Miami y graduado de Harvard tuvo que hacer frente como gobernador de Florida a la mayor avalancha de inmigrantes cubanos que se había producido hasta entonces, cuando Fidel Castro (1926-2016) dio luz verde para que embarcaciones fletadas por exiliados llegaran al puerto de Mariel a buscar a sus familiares.

Castro aprovechó la oportunidad para vaciar prisiones y manicomios y obligó a los barcos a cargar también con miles de convictos, poniendo a prueba la capacidad de respuesta de la Florida y de la administración de entonces, la del presidente Jimmy Carter.

Cubanos llegan a Florida en el éxodo del Mariel. (Archivo)
Cubanos llegan a Florida en el éxodo del Mariel. (Archivo)

El 21 de abril de 1980, el primer barco del puerto de Mariel llegó a Key West, Florida, transportando a 48 exiliados cubanos y, en cuatro días, casi 300 barcos llegaron a las costas floridanas. Esa primera semana, el entonces gobernador Graham se movilizó para que fuera declarado el estado de emergencia en los condados de Monroe y Dade en respuesta al arribo de los miles de inmigrantes bautizados como "marielitos".

La inmigración desde Cuba alcanzó su punto máximo en el mes de mayo de 1980 con 86.488 refugiados, pero se estima que en total fueron 125 mil los cubanos que arribaron a EEUU en aquel éxodo sólo superado por el actual, que ha traído más de medio millón de cubanos a territorio estadounidense.

El diario floridano The Miami Herald destaca en el obituario de Graham que en los años posteriores al Mariel, el representante demócrata se enfrentaría a las administraciones de Jimmy Carter y Ronald Reagan, argumentando que el gobierno federal había abdicado de su responsabilidad de abordar una crisis de inmigración federal que se desarrollaba en el estado de Florida".

Graham se inició en la política a los 29 años como representante estatal de la Florida y escaló a las más altas esferas, en las que mantuvo por tres términos un escaño en el Senado de los Estados Unidos, donde llegó a presidir el Comité de Inteligencia.

En 2003 se convirtió en candidato presidencial para las elecciones de 2004, en una campaña en las que ganó seguidores, entre otras condiciones, por su oposición a la guerra de Irak.

Años después viajaría a Cuba para explorar los riesgos de las perforaciones petroleras en la zona del Golfo, fue interlocutor del canciller Bruno Rodríguez y un escéptico de que se diera un cambio político en la isla con un miembro de la familia Castro en el poder, como expresó en entrevista concedida a Martí Noticias en 2014.

También apostó a la normalización de relaciones con Cuba impulsada por el presidente Barack Obama, considerando que "a largo plazo sería beneficiosa para estadounidenses y cubanos".

Declaraciones exclusivas de destacado político demócrata a Televisión Martí
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Rubio pide "transparencia" en investigación del caso Rocha en carta enviada a Blinken

Manifestantes exigen una condena máxima para Victor Manuel Rocha, frente al tribunal federal de Miami el 12 de abril de 2024. (CHANDAN KHANNA/AFP).
Manifestantes exigen una condena máxima para Victor Manuel Rocha, frente al tribunal federal de Miami el 12 de abril de 2024. (CHANDAN KHANNA/AFP).

El senador cubanoamericano de la Florida, Marco Rubio, pidió al gobierno federal “transparencia” en las investigaciones sobre el caso del ex diplomático estadounidense Víctor Manuel Rocha, sentenciado el pasado viernes a 15 años de prisión por trabajar como un agente no declarado del régimen cubano.

“Es de suma importancia para el Congreso y el pueblo norteamericano que las brechas de contrainteligencia que permitieron la carrera de 40 años de Rocha como espía cubano sean identificadas y abordadas para prevenir futuras amenazas de espionaje que podrían poner en peligro vidas norteamericanas e intereses de EEUU”, escribió Rubio en una carta enviada al secretario de Estado, Antony Blinken.

Rubio, vicepresidente del Comité de Inteligencia y miembro sénior del Comité de Exteriores del Senado, recordó que Rocha trabajó en puestos diplomáticos estadounidenses en media docena de países de América Latina. Recalcó su papel como director para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional, segundo jefe de la Sección de Intereses de EEUU en La Habana, embajador en Bolivia y asesor del Comando Sur de los Estados Unidos.

“Estaba en condiciones de utilizar su acceso gubernamental para socavar la asistencia estadounidense a la lucha de Nicaragua contra los rebeldes sandinistas respaldados por Cuba, dirigir la política estadounidense hacia América Latina en beneficio de Cuba, revelar detalles de la asistencia estadounidense a defensores de los derechos humanos en Cuba, ayudan a elegir un líder procubano en Bolivia y divulgar la planificación militar estadounidense”, advirtió Rubio.

Rocha fue condenado tras llegar a un acuerdo con la fiscalía para declararse culpable de dos cargos: trabajar como agente de un gobierno extranjero sin registrarse y defraudar al gobierno de los Estados Unidos.

El Buró Federal de Investigaciones, FBI, cree que Rocha fue reclutado por los servicios de inteligencia cubanos en 1973 mientras se encontraba en Chile.

El exdiplomático, de 73 años, fue arrestado a finales del pasado año tras una serie de encuentros con un oficial del FBI que se hizo pasar por un oficial de inteligencia cubano. En ese momento Rocha se refirió a Estados Unidos como “el enemigo” y alabó a Fidel Castro. También alardeó de su trabajo de inteligencia y lo calificó como “un grand slam”.

Ante la corte federal en la ciudad de Miami el pasado viernes, Rocha dijo asumir “toda la responsabilidad” por sus acciones, y que “continuará haciendo, según sea necesario, enmiendas significativas a través de mi colaboración incondicional a aquellos a quienes he traicionado”.

El acuerdo de culpabilidad de Rocha le obliga a compartir con el gobierno estadounidense “una evaluación completa y detallada del daño que cometió”, de acuerdo con documentos judiciales.

El senador Rubio destacó en su carta al secretario Blinken que había una multitud de señales para sospechar de Rocha pero que todas fueron ignoradas, permitiéndole acceder a información confidencial de seguridad nacional.

En ese contexto, Rubio pidió una actualización de las “lagunas” que permitieron que Rocha trabajara en secreto por más de 40 años para la inteligencia cubana y qué acciones acometerá el gobierno para que esto no ocurra nuevamente.

“¿Qué lagunas de contrainteligencia permitieron a Rocha trabajar sin ser detectado como espía cubano durante toda su carrera en el Departamento de Estado? ¿Qué explica el fracaso de los procesos interinstitucionales para compartir con el Departamento de Estado información crítica sobre Rocha poseída por la CIA y el FBI? ¿Cómo mejorará el Departamento de Estado las medidas de contrainteligencia y seguridad actuales?”, son algunas de las preguntas del senador al secretario Blinken.

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