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Arte y Cultura

El cronista de cine o desdén por la sardina

 De izquierda a derecha, el cineasta Fernando Trueba; la viuda del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, Miriam Gómez, y el editor Toni Muné durante la presentación en Madrid de "El cronista de cine".
De izquierda a derecha, el cineasta Fernando Trueba; la viuda del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, Miriam Gómez, y el editor Toni Muné durante la presentación en Madrid de "El cronista de cine".

El escritor cubano Guillermo Cabrera Infante tuvo una estrecha relación con el cine, no sólo como crítico, sino también como guionista.

Larga y fructÍfera fue la relación de Guillermo Cabrera Infante con el cine, no solo como crítico dotado de elegante estilo y perspicacia irónica, sino también como guionista. Una relación que comenzó, como él mismo confesara, a los 29 días de nacido cuando su madre lo llevó al cine por primera vez. Y que se prolongó en toda la adolescencia y también en la adultez, cuando convirtió el oficio de crítico de cine, en el oficio del siglo XX por convicción. No hay que olvidar que Cabrera Infante nació en 1929, el mismo año en que el cine sonoro destronó al silente, y que la película que su madre lo llevó a “ver” con 29 días de nacido fue “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”, protagonizada por Rodolfo Valentino.

Cabrera Infante le confesó a Emir Rodriguez Monegal que había aprendido a escribir más con el cine que con la literatura en sí, y que a los dos años ya podía “leer” una película, y hasta adelantarse al rugido del león de la Metro, en una “imitación regocijante”. Por eso, no resulta nada extraño que aquel niño que había nacido con una pantalla de plata ante los ojos convirtiera al cine en un leit motiv perpetuo. Distracción, arcilla para construir sus libros, trabajo de pan ganar (ya en el exilio) y terapia sanadora (en la época en que sufrió una severa depresión).

Por eso ahora los lectores-cinéfilos, que tenían su obra de crítica cinematográfica dispersa, tienen un doble motivo para celebrar, con la reciente publicación de “El cronista de cine” (Galaxia Gutenberg, 2012): al fin en un solo volumen sus trabajos de amor ganados (por el cine), y aquellos escritos dispersos que no habían sido reunidos antes en libro. Por ejemplo, una entrevista con Marlon Brando, quien había viajado a La Habana de incógnito, y al que Caín sorprendió en su hotel como parte de su oficio.

“En mi pueblo, cuando éramos niños, mi madre nos preguntaba a mi hermano y a mí si preferíamos ir al cine o a comer con una frase festiva: ¿Cine o sardina? Nunca escogimos la sardina”, escribió Guillermo Cabrera Infante en el último libro sobre el séptimo arte que publicara, y que lleva el título, claro, de Cine o Sardina. Y es que el sabía bien, como Truffaut, que un niño nunca responde qué va a ser cuando mayor: va a ser crítico de cine. De ese oficio vivió Cabrera Infante desde que publicó sus primeras reseñas de cine en el Mensuario de Cultura, creado bajo el protectorado de Raúl Roa, director de Cultura en 1948 cuando ganó las elecciones Carlos Prío Socarrás.

En esos primeros escritos empieza a forjar su estilo de “crítico cítrico”, en el que desmenuzaba los filmes con una visión muy particular (la del mirón miope) y que más tarde incluiría juegos de erudición, citas apócrifas, juicios polémicos y destellos de humor hasta entonces ausentes en quienes comentaban películas. “Allí publiqué mis primeras críticas de cine”, le confiesa años más tarde a Danubio Torres Fierro. “Era inevitable que al comenzar yo a escribir, con mi devoción, fanatismo o locura por el cine que todavía me dura, escribiera sobre cine”.

Al año siguiente -1949- mandó una crítica sobre Nido de víboras al concurso del diario El Mundo, que daba como premio una beca para un curso de verano en la Universidad de La Habana. Lo ganó, y aunque no resultó la gran cosa, pudo ver un montón de películas gratis, y conocer a muchachas más interesantes que las del bachillerato, episodio del que da cuenta en “La Habana para un Infante Difunto”.

Pero todavía no había aparecido en el panorama cinematográfico cubano aquel joven crítico de nombre G.Caín -Caincito o Gecito para sus novias- tan odiado como querido, y que debutó en Carteles, cuando Bohemia la compró y nombró director a Antonio Ortega. Ortega encargó al joven Infante, nada difunto, la página de cine, y éste, uniendo las dos sílabas de sus apellidos, creo a su álter ego, evadió la censura, y de paso, aprovechó la milenaria propaganda bíblica del nombre, Caín. (Lo de la censura era porque un año antes había publicado un cuento que contenía “obscenidades” en inglés y se había convertido en persona non grata, tanto para Bohemia, como para la policía, falsamente moralista).

En 1953, G. Caín debutó con su primera crónica de cine, un análisis del año cinematográfico en Cuba. El resto casi es historia, al menos para una generación que creció amamantada con el cine: el mudo, destronado por el hablado, posteriormente con las diosas del musical, los villanos del blanco y negro, y por supuesto, los filmes épicos.

La lengua de Caín era el lenguaje del cine. Y con ese lenguaje (más la materia de la que están hechos los sueños) Caín, Can, Cínico deleitó (y muchas veces, torturó) a sus lectores de Carteles, persiguiendolos lo mismo desde los cines luminosos de estreno, hasta oscuros antros a los que llegaba desde un extremo al otro de La Habana, solo para ver una película perdida. De esa época destacan dos reseñas deslumbrantes: Dorado El Dorado (sobre “La Quimera del Oro”, de Chaplin) y El camino del calvario (donde califica a “La Strada”, de Fellini, como un “poema”). Las críticas de cine hechas en Carteles (de 1953 a 1960 cuando él que llegó y mandó a parar la forzó a cerrar, junto a otras publicaciones) fueron compiladas en 1962, en su segundo y último libro publicado en Cuba, concebido como “una pieza de ficción ligeramente subversiva”. El libro se llamó “Un oficio del siglo XX”, y de él dijo el crítico español José Luis Guarner: “Nunca un libro de cine me había divertido tanto”.

Otros trabajos suyos sobre cine fueron publicados en “Arcadia todas las noches”, de 1978, conferencias sobre grandes directores del cine americano, rescatadas del olvido en forma de ensayos, a sugerencia del escritor Vicente Molina Foix. Orson Welles, Alfred Hitchcock, Howard Hawks, John Houston y Vincent Minelli son diseccionados por Cabrera Infante en ese libro con la lupa de un entomólogo cinéfilo. Habría que esperar hasta 1997, en que apareció Cine o Sardina, para leer otra recopilación de trabajos sobre cine, en la que añadió esta vez, al juicio crítico, una serie de remembranzas autobiográficas con varios de los reseñados a los que tuvo oportunidad de conocer. Así reveló lo que le dijo a la legendaria Mae West, en 1970, en un receso del filme que ella rodaba: “He venido desde Cuba solamente para conocerla”.

Claro que el camino del cine transitado por Cabrera Infante no fue solo del otro lado de la orilla. Episodios menos conocidos lo muestran a finales del sesenta metido de lleno en la industria del cine, como guionista. En 1966 había escrito un guión llamado “El Máximo” sobre un dictador latinoamericano que huye a Ibiza. Aunque había sido inspirado en Rafael Leónidas Trujillo, tenía referencias claras al propio Fidel Castro, llamado el Líder Máximo por sus corifeos. Había escrito también un western, “The Gambados”, y había concluido dos proyectos
más: “The Last Trip” y “The Salzburg Connection”. Sin contar una adaptación de un cuento de Julio Cortázar llamado “La autopista del sur”. Tanto en la adaptación de Cortázar (filmada como “Week-End” por Jean-Luc Godard), como en “The Salzburg Connection”, fue omitido su crédito, algo que pareció no molestarle mucho, pues al final de cuentas los trabajos fueron muy bien pagados.

Fue con “Wonderwall”, de 1968, que Cain (así, sin tilde para el mercado anglosajón) vio su primer guión en la gran pantalla. Dirigida por Joe Massot, interpretada por Jack McGowran y con música de George Harrison, cuenta la historia de un viejo científico que espía por los agujeros de la pared a su nueva vecina, Penny Lane, un evidente guiño a los Beatles, hecho deseo por la actriz de moda en ese entonces, Jane Birkin. Aunque Cabrera Infante la calificó más adelante como “mediocre película”, “Wonderwall” tuvo momentos vanguardistas con sus escenas oníricas y su fiesta psicodélica con los miembros del grupo The Fool, copiadas posteriormente por filmes como “Midnight Cowboy”, de un año después.

El segundo guión de Caín convertido en película fue “Vanishing Point”, de 1971, dirigida por Richard Sarafian, para la Fox. Esta road movie se convirtió en una película “de culto”, hecha con muy bajo presupuesto y que influiría a otras como “Duel”, de Steven Spielberg y “Thelma and Louise”, de Ridley Scott. La epopeya de Kowalski, en su enloquecida carrera por el desierto de Nevada, contra la autoridad, encontró su remake reciente para la televisión, esta vez protagonizado por Viggo Mortensen.

Pero fue el guión basado en “Bajo el volcán”, de Malcolm Lowry, para Joseph Losey, el que supuso su despedida de ese otro oficio del siglo, el de libretista, y también (por largo tiempo) del mundo de la cordura. Lo que Cabrera Infante llamó el período de “su locura”, en 1972, con los “sucesivos electroshocks y una cura intensiva por drogas”, incluidos. Un verdadero descenso a los infiernos por culpa de la demencia del Cónsul y el trabajo a presión de la vida real. El libreto de “Bajo el volcán”, Losey jamás llegó a filmarlo. El filme lo hizo en 1984 el viejo John Houston, quien dijo refiriéndose al trabajo de Guillermo Cain, el autor, que era “maravilloso, pero irrealizable”.

El último gran proyecto cinematográfico -como guionista- al que Cabrera Infante apostó fue el mil veces pospuesto “The lost city”, del que Andy García hablaba en todas las entrevistas, pero que tardó 16 años en hacerse. Una historia de amor imposible, un personaje escrito a la medida de Andy García (el de Fico Fellove), más de una obsesion temática del escritor, plasmada en este guión que quiso ser un homenaje por partida doble: a “Casablanca” y “El Padrino”. Un canto de amor a La Habana, esa ciudad perdida a la que Guillermo nunca pudo volver.

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Asamblea de Cineastas Cubanos lanza revista independiente "para promover el pensamiento crítico"

ALTERNA, el magazine de la Asamblea de Cineastas Cubanos / Foto: Facebook ACC
ALTERNA, el magazine de la Asamblea de Cineastas Cubanos / Foto: Facebook ACC

La Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC), creada en 2013 y reactivada en 2023 tras una serie de censuras a películas, cortos y documentales de creadores nacionales, anunció en redes sociales el lanzamiento de la revista especializada Alterna Magazine.

De acuerdo con lo expresado por la ACC, la publicación será “impulsada y auto gestionada por miembros de la Asamblea”, que estarán “interconectados desde diferentes puntos de la geografía mundial” y su principal objetivo es “convertirse en un vehículo capaz de aunar nuestras voces traspasando todo tipo de fronteras y diferencias”.

“Que sea un espacio para hacer de la inclusión, la libre expresión, el intercambio respetuoso de ideas y la lucha contra toda forma de censura o discriminación, un hecho y un derecho, es nuestro deseo y propósito más perseguido”, explicaron.

“Soñamos con promover en nuestras páginas el pensamiento crítico y la libre circulación de las ideas, y para ello invitamos a participar a creadores, investigadores, críticos, docentes y gestores del ámbito cinematográfico. Contamos con ustedes para generar un ecosistema cinematográfico más justo y equitativo, y así contribuir a crear, de manera más plural e inclusiva, el ‘cuerpo audiovisual de la nación".

En la declaración de reactivación de la ACC, los firmantes explicaron que su motivación residía en que lejos de experimentar una mejoría, la situación de los cineastas cubanos ha empeorado, con nuevas manifestaciones de censura en el recién finalizado Festival de Cine de La Habana y el discurso descalificativo de altos funcionarios de la cultura para los integrantes de la organización.

"Ese no es nuestro lenguaje. Los discursos de odio y radicalización solo son posibles desde la impunidad. Su objetivo es eludir el debate sobre los más graves problemas del cine cubano, perpetuando una política cultural errática basada en el clientelismo, la exclusión, la censura y la violencia institucional", sostiene el texto.

Los firmantes apuntaron que no son ellos los renuentes al diálogo "horizontal y verdadero", y condenaron además la censura y la exclusión.

Alerta Magazine ya está disponible en la Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano (ENDAC). Para su descarga pincha el siguiente link.

Cortometraje destaca la historia de superación del artista cubano Agustín Gaínza

Imagen del documental "Gaínza", de la realizadora venezolana Mariela Farfán. El filme fue presentado en la 41 edición del Festival de Cine de Miami/2024.
Imagen del documental "Gaínza", de la realizadora venezolana Mariela Farfán. El filme fue presentado en la 41 edición del Festival de Cine de Miami/2024.

El documental de 8 minutos “Gaínza” cuenta la vida y superación del reconocido pintor cubano Agustín Gaínza y es la ópera prima de la editora y productora venezolana Mariela Farfán.

El cortometraje fue presentado en la 41 edición del Festival de Cine de Miami, celebrado desde el 5 al 14 de abril y auspiciado por el Miami Dade College (MDC).

“La obra es un mensaje de superación en todos los sentidos”, dijo la documentalista al programa radial ARTExpress.

Un retrato de la vida y obra del pintor cubano Agustín Gaínza desde el lente de Mariela Farfán
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Agustín Gaínza, artista plástico cubano, posa en su galería en la Calle 8 en Miami.
Agustín Gaínza, artista plástico cubano, posa en su galería en la Calle 8 en Miami.

El pintor cubano Agustín Gaínza nació en La Habana en el año 1943. Superó la oposición de sus padres y estudió pintura en secreto. Se opuso al régimen cubano y por ese motivo fue encarcelado por sus ideas políticas.

Desde el año 1979 reside en Miami donde estableció “Gaínza Art Gallery” en la Calle 8 en el 2001.

"Decidí reflejar en mi obra la alegría que vi en las pinturas de Gaínza, todo lo que trasmite cuando estás a su alrededor a pesar de toda la represión que vivió", explicó la productora.

Contó además que "las tomas de la cinta las tuve engavetadas durante muchos años, desde el 2017, hasta que decidí armarlo, se lo enseñé al pintor , a su esposa y fue muy emotivo".

"De ahí muchos me embullaron a inscribir el documental en varios festivales, donde fue rechazado, pero al final tuve la oportunidad que me ofreció el Festival del Miami Dade College", continuó la también editora audiovisual.

Declaraciones de la productora venezolana Mariela Farfán a la revista Artexpress.
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Agregó que "la presentación fue muy emocionante, contó con la presencia del pintor y tuvo una excelente acogida por parte del público donde pudieron conocer de primera mano la historia del protagonista".

"Para mí fue muy emocionante, me ha ayudado a seguir con mi labor como documentalista, fue una inspiración. Me llevo con esta obra el mensaje de Gaínza de que tenemos que seguir adelante para lograr nuestros sueños, algo que me ha impulsado a trabajar en mi nueva obra documental", concluyó la cineasta.

Mariela Farfán, oriunda de Venezuela, estudió en el Conservatorio Escuela de Cine Documental de Buenos Aires, cuenta con más de 15 años de experiencia en el medio, ha recibido varios reconocimientos por su carrera, entre ellos el premio Emmy 2019 por el documental "For the children by the children", del cual estuvo a cargo de la edición y postproducción.

Músico cubano recibe premio en Miami por su labor al servicio de las artes (VIDEO)

Michael Gil (centro) recibe en Miami premio Serving the Arts Award 2024 por su labor a favor de las artes.
Michael Gil (centro) recibe en Miami premio Serving the Arts Award 2024 por su labor a favor de las artes.

El músico cubano Michael Gil, creador del proyecto “El museo de la música en movimiento”, fue reconocido en la ciudad de Miami por su trabajo comunitario en el fomento de las artes.

El profesor y compositor nacido en Luyanó, La Habana, fue distinguido en marzo con el Serving the Arts Award 2024, que otorga el departamento de Asuntos Culturales del condado de Miami Dade a destacados profesionales de las artes, empresarios y líderes comunitarios.

"Recibir este premio en la categoría “Inspiración en Arte y Educación” es algo increíble para mí, porque para bien o para mal, Miami es una de las ciudades más importantes del mundo en este año, donde residen muchas personas talentosas, por lo que obtener este reconocimiento se hace muy significativo”, dijo el músico al programa radial ARTExpress.

Michael Gil, un nuevo arte que incorpora generaciones
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“No he realizado mi labor esperando recibir un premio, pero sí es un feedback de la sociedad, de la vida, que te dice que todo está bien, es una manifestación concreta de un camino que tiene un valor en la sociedad”, afirmó el músico.

Insistió que “en ocasiones el beneficio de las artes es intangible, pero se vuelve palpable, algo que científicamente está demostrado, lo que en mi caso significa el deseo de hacer más”.

“Aunque algunas de mis presentaciones son dedicadas para niños es muy interesante ver que todos se involucran, las comunidades, los diferentes fondos sociales, incluso individuos con neurodivergencias”, detalló Gil.

Michael Gil, músico cubano gana premio por su labor a favor de las artes.
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“Es asombroso como las artes tienen el potencial de beneficiar las artes en sí y como están mezcladas a todo, es increíble cómo puedes acercarte a varios temas, por ejemplo, cuando presento un instrumento como el berimbau, (instrumento de cuerda percutida parecido al arco musical), da lugar para hablar de historia, de la esclavitud, de artes marciales, de la importancia de la actividad física”.

“A través de la música y las artes intento promover un estilo de vida mejor en cuanto a la parte física mental y espiritual, dejando pequeñas semillas en la formación de las nuevas generaciones”, concluyó Gil.

Su proyecto “El museo de la música en movimiento” es un recorrido por el mundo de los instrumentos musicales que comenzó a llevar por las escuelas primarias de Estados Unidos, al darse cuenta de que las personas después de sus presentaciones siempre le preguntaban sobre la música y los instrumentos.

El músico cubano durante estos dos últimos años obtuvo ayuda del Departamento de Asuntos Culturales de Miami Dade, para presentar el proyecto en el Koubek Center del Miami Dade College y en las escuelas públicas del condado.

Michael Gil, músico cubano gana premio por su labor a favor de las artes.

Michael Gil, músico cubano gana premio por su labor a favor de las artes.
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America Ferrera interpretará y producirá serie sobre reconocida artista cubana

La actriz America Ferrera interpretará a Ana Mendieta.
La actriz America Ferrera interpretará a Ana Mendieta.

Pasajes de la vida y obra de Ana Mendieta (1948-1985), una de las artistas nacidas en Cuba de mayor renombre internacional, llegarán al gran público a través de una versión televisiva en Amazon Prime Video.

La polifacética y transgresora artista cubanoamericana, que en sus obras exponía su propio cuerpo, haciéndolo interactuar con los elementos de la naturaleza, será interpretada por la estadounidense America Ferrera, conocida por sus papeles en Barbie y Ugly Betty. La artista será una de las productoras ejecutivas de la miniserie, junto con Amazon MGM Studios y Plan B Entertainment.

La prensa especializada ha dicho que la serie sobre Mendieta estará basada en la novela de Robert Katz "Desnuda junto a la ventana: el matrimonio fatal de Carl Andre y Ana Mendieta", que aborda el impacto de la obra feminista de la artista y las extrañas circunstancias de su muerte, cuando cayó desde el piso 34 de una torre de apartamentos del Greenwich Village de Manhattan, tras una pelea con su esposo, el artista minimalista Carl André.

Esa madrugada del 8 de septiembre de 1985 Andre llamó a emergencias y declaró: “Mi esposa es artista, y yo soy artista, y tuvimos una pelea sobre el hecho de que yo estaba, eh, más expuesto al público que ella. Y ella fue al dormitorio, y yo fui tras ella, y ella saltó por la ventana ”.

Tras una investigación por homicidio, Andre fue absuelto de todos los cargos cuando un juicio sin jurado dictaminó que su muerte fue un suicidio en 1988.

Nacida en La Habana en 1948, Mendieta emigró a los Estados Unidos junto a su hermana como parte de la Operación Pedro Pan. Se mudó a Iowa a los 12 años. Poco después, en esa misma ciudad alcanzaría una licenciatura y un máster en la Universidad de Iowa.

La obra de Mendieta quedó documentada en una serie de filmes y fotos, entre las que destacan Siluetas ((1973-1980), Body tracks (1974) y Rape scene (1973).

Sus performances y las piezas que documentan los mismos han sido exhibidos en los más importantes museos y galerías del mundo.

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