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La autocracia militar cubana utiliza Internet para el espionaje


Cubanos se conectan a internet en un punto Wi Fi de La Habana.
Cubanos se conectan a internet en un punto Wi Fi de La Habana.

El gobierno cubano ha diseñado una estructura fiable para controlar la red de redes y la Universidad de las Ciencias Informáticas es una de las herramientas que tiene el régimen para el meticuloso chequeo al tráfico de internet en el país.

Cinco o seis lienzos de pintura abstracta se amontonan con mal gusto en la sala de una casa al oeste de La Habana junto a una colección de laptops y computadoras anacrónicas listas para ser reparadas. Llamémosle Reinaldo a su dueño.

Un tipo rasurado al cepillo, que desde hace veinte años se dedica a arreglar ordenadores, tabletas y laptops y sin mucha discreción también ofrece internet por la izquierda.

“Tengo dos opciones. Internet por módem telefónico a 50 cuc mensuales. Y con ADSL incluido a 130 cuc. La de módem, su velocidad de transmisión es entre cincuenta y sesenta kilobytes por segundo. Por ADSL, la velocidad es de dos megabyte. Tiene la ventaja que es free, pues se rumora que las conexiones de dos megas que va a comercializar ETECSA, 30 horas costarán 115 cuc”, puntualiza Reinaldo.

No se asombre de nada en Cuba. Los negocios clandestinos siempre marchan dos pasos por delante de las propuestas estatales. Cuando el régimen verde olivo legalizó restaurantes privados y casas de hospedajes, desde muchos años antes, las personas, arriesgándose, ejercían esos emprendimientos.

Con el negocio de internet sucede algo parecido. Los voceros de ETECSA, el único monopolio estatal en la Isla autorizada a comercializarla, asiduamente se contradicen.

Cuando el 4 de junio de 2013 el gobierno inauguró 118 salas de internet en todo el país, Tania Velázquez, ejecutiva de la empresa, aseguraba que para “mediados del 2014 comenzaría a comercializarse internet en los teléfonos móviles y para diciembre en las casas”.

Fue un farol. A la espera que ETECSA eche andar el servicio de internet de datos para la telefonía móvil, la herramienta que funciona en la actualidad es el correo Nauta para celulares, con tecnología desfasada de 2G, demasiados problemas técnicos y en un principio cobraban a un 1 cuc el megabyte de datos.

Desde hace mes y medio se rebajó a 1.50 cuc por cinco megabyte, bajo una modalidad llamada Bolsa Nauta. Pero el servicio es pésimo. “Te demoras cinco o seis horas para enviar un email y el mensaje nunca sale de la bandeja de salida. Es un atraco, pues a veces te descuentan dinero de tu cuenta sin haber ofrecido el servicio. Mi consejo: desconecten lo más rápido posible el Nauta de sus teléfonos móviles”, señala Marlén, quien se abrió una cuenta hace dos años.

La comercialización de internet a domicilio se retrasó dos años de lo prometido por Tania Velázquez. En la Navidad de 2016, dos mil núcleos familiares con teléfonos fijos residentes por los alrededores de la Plaza Vieja, en la zona colonial de La Habana, ETECSA comenzó a proveerles internet mediante ADSL, gratuito y a manera de ensayo hasta el mes de marzo.

“La conexión es mejor que la de los puntos wifi. Aunque a veces se pone lenta. Para tener el servicio de internet se necesita un teléfono fijo. Es mentira que hay que ser del CDR o estar trabajando. No sé si los disidentes, cuando comiencen a venderlo, podrán optar por el servicio. Aunque los precios serán de apaga y vamos”.

Un ingeniero de ETECSA, que trabaja en una planta de distribución de internet en la capital, cuenta que “sobre los precios de internet a domicilio hay muchas bolas. Eso de que cobrarán 30, 70 y 115 cuc, la tarifa más cara, por 30 horas y según el ancho de banda, no es oficial. Se estudia establecer una tarifa plana y otra por horas. Los precios serán caros, pero no lo que la prensa extranjera viene informando, pues entonces la hora por dos megabytes costaría casi tres cuc, y las personas por la mitad de esa cantidad, preferirían conectarse en un punto wifi. Habrá varias opciones de velocidad. La más alta será de dos megas”, apunta el ingeniero.

La autocracia militar ha diseñado una estructura fiable para controlar la red de redes. Antes que internet aterrizara en la Isla, donde antaño funcionaba la finca rusa de espionajes conocida como la Base Lourdes, en la Carretera de San Antonio de los Baños, el 23 de septiembre de 2002, Fidel Castro inauguraba la Universidad de las Ciencias Informáticas, que entre sus tareas, además de exportar software, incluye un meticuloso chequeo al tráfico de internet en el país.

Internet comenzó a operar en Cuba en septiembre de 1996. En el Capitolio Nacional funcionó uno de los primeros cibercafé, una hora de conexión costaba 5 dólares. La conexión era angustiosamente lenta y el proveedor no era ETECSA, si no el CITMA, actual Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente.

También en hoteles de cuatro y cinco estrellas ofertaban internet, entre 6 y 10 dólares la hora. Para el invierno de 2011 se acopló un cable submarino con la red coaxial de la Isla, y que al costo de 70 millones de dólares se planificó junto a Venezuela y Jamaica.

“El cable fue toda una novela. Hubo de todo. Malversación de dinero, mala calidad del trabajo y la deserción de varios funcionarios de la empresa. Leonardo, uno de los más comprometido en el desfalco, se quedó en Panamá. El gobierno de Obama autorizó a una empresa anclada en la Florida para que hiciera negocios con ETECSA. La oferta era rehabilitar un antiguo cable submarino. La operación costaba alrededor de 18 millones de dólares. Pero el gobierno, alegando soberanía digital, optó por el cable conjunto con Venezuela. Precisamente el servicio que se oferta ahora es el de ese cable”, explica un ingeniero que trabajó en el proyecto ALBA 1.

Los servicios secretos cubanos cuentan con herramientas para craquear cuentas de opositores y espiar el email de las embajadas emplazadas en el territonio nacional, incluida la estadounidense.

“No se puede subestimar la capacidad tecnológica de la contrainteligencia. En Cuba casi nada funciona, pero ellos tienen lo último para su labor. Desde la época de EICISOFT (Centro de Robótica y Software), a fines de los 80, el Ministerio del Interior cuenta con personal especializado en las nuevas tecnologías. Quizás no puedan acceder a sistemas de Apple, pero el resto es pan comido. Actualmente cuentan con asesoría de Rusia y China, que en materia de hackeo se encuentran entre los mejores en el mundo”, indica un especialista de ETECSA que prefiere el anonimato.

“No se les escapa nada. Tienen un arsenal muy completo de programas espía y un ejército de analistas informáticos para craquear cuentas de disidentes o vigilar redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter. Todos los que navegan por la autopista de la información están bajo su lupa. Cuando ETECSA abre un nuevo servicio de internet ya las herramientas de vigilancia de la Seguridad del Estado están funcionando”, señala la fuente.

A los cubanos que desayunan solo café, la privacidad en sus cuentas les importa poco. Es habitual ver a personas prestarle sus móviles a desconocidos, y facilitarle su contraseña para que les enseñe el manejo de su correo electrónico. “A mí me da igual que el aparato (Seguridad del Estado) me tenga controlado. Lo mío es ligar jevas en Facebook, cuadrar una salida con socios que ya llegaron al yuma y saber sobre Cristiano y el Real Madrid”, dice Saúl, estudiante de bachiller.

Y es que en Cuba, internet es una herramienta utilizada para comunicarse con sus parientes al otro lado del charco, salvo pocas excepciones. Cuando usted visita cualquier punto wifi lo puede constatar. “Asere, ven pa’que veas la nave (auto) que se compró Luisito”, vocea en voz alta un joven a un grupo de amigos en el wifi del Parque Córdoba en La Víbora.

“Ves, eso es lo que le importa a la mayoría de la gente. Pedir dinero por correo, hablar por IMO con amigos y familiares y utilizar internet para leer sobre la vida de artistas y deportistas famosos y otras frivolidades. No le preguntes por la prensa seria o las páginas webs sobre temas cubanos que se editan en el extranjero”, acota Carlos, sociólogo.

A los periódicos de la Florida, The New York Times en español y diarios como El País y El Mundo se puede acceder sin problemas, no así a sitios como Martí Noticias, Cubanet, Diario de Cuba, Cubaencuentro y 14yMedio.

“Pero con un simple proxis puedes acceder”, dice Reinaldo, quien además de reparar computadoras, vende internet por la izquierda. Y aprovecha para detallarme las cualidades técnicas de un equipo en venta, que permite conectarse a internet por vía satelital sin utilizar los servidores de ETECSA.

¿Cómo llegan esos equipos a Cuba?, le pregunto. “Por los puertos y aeropuertos. El gobierno controla la economía estatal y también la sumergida”, apunta Reinaldo. Y me lo estoy creyendo.

(Este artículo fue publicado originalmente en Diario de las Américas)

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    Iván García, desde La Habana

    Nació en La Habana, el 15 de agosto de 1965. En 1995 se inicia como periodista independiente en la agencia Cuba Press. Ha sido colaborador de Encuentro en la Red, la Revista Hispano Cubana y la web de la Sociedad Interamericana de Prensa. A partir del 28 de enero de 2009 empezó a escribir en Desde La Habana, su primer blog. Desde octubre de 2009 es colaborador del periódico El Mundo/América y desde febrero de 2011 también publica en Diario de Cuba.

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